Hverir
Salimos de Húsavikk por la carretera 87 en dirección a Hverir, cerca del lago Mývatn. Antes de llegar ya nos encontramos fumarolas. Una vez en Hverir lo primero que nos llamó la atención fue la gran cantidad de turismo que había.

Hverir es una zona geotérmica que tiene pozas de lodo hirviendo y fumarolas que se producen cuando el magma está cerca de la tierra calentando el agua que se ha filtrado por las grietas. La reacción de los dos elementos hacen que expulse gases sulfurosos. De ahí el olor que se percibe.

Se sigue un recorrido por caminos marcados. Es una sensación de estar caminando por un paisaje irreal, uno más de los que Islandia nos está mostrando.
Leirhnjúkur
Dejando Hverir nos acercamos a Leirhnjúkur, un paraje donde la protagonista es la riolita, como en Landmannalaugar. Después de aparcar caminamos por él bajo la lluvia, viendo grandes formaciones de lava, pero como no escampaba nos dimos la vuelta.

Llegamos a la Central de Energía Geotérmica de Krafla. Estuvimos viéndola desde un alto, metidos en el coche hasta que escampó. Al regresar paramos en una curiosa ducha exterior de agua caliente proveniente de esta energía renovable.

Cráter Viti
Muy cerca de la central de Krafla está el cráter Viti. Se aparca cerca y para verlo solo hay que andar unos metros. Se puede caminar un poco alrededor y admirar el lago de color turquesa del centro cráter de gran belleza.

Dimmuborgir
Dimmuborgir es el campo de lava que quedó tras una erupción que hubo hace unos 2300 años. Para evitar su encenagamiento y deterioro, en 1942 se empezó un programa de conservación del suelo que ha dado sus frutos y gracias a él hoy podemos disfrutar de este paraje.
Hay recorridos sugeridos, muy bien marcados. Van desde 15 minutos a 2 ó 3 horas. Las extrañas formaciones de lava hacen que este lugar parezca un bosque de elfos petrificado. A la entrada unos carteles hacen referencia a los personajes fantásticos que viven en las cuevas que se han formado.

Nos gustó Dimmuborgir, pero está muy preparado para el turismo, en algunos momentos puede haber mucha gente por la cantidad de excursiones que llegan.
En la cafetería la sopa valía 1950 ISK, la más cara que hemos encontrado. Sin embargo, había de tres tipos y se podía repetir tantas veces como se quisiera de todas ellas. Podemos asegurar que todas estaban deliciosas. Con la comida dan un tique para el WC. Si no se come hay que sacarle aparte, 200 ISK.
Skútustaðir
Siguiendo la carretera 848 que rodea el lago Mývatn llegamos a nuestro último destino en este lago que tanto nos estaba gustando, los pseudo cráteres de Skútustaðir.
Hay un parking frente a ellos y un recorrido circular que nos llevó una media hora. A lo largo de dicho circuito se ve un paisaje semejante a pequeñas islas verdes que en realidad son pseudo cráteres. Se les denomina así porque no expulsaron lava.

Stakhólstjörn es una laguna muy atractiva y relajante, aparte de buen un sitio para divisar aves.
Goðafoss
Dejamos el lago Mývatn y nos dirigimos hacia Goðafoss por la carretera 1. Es diferente a las demás cascadas que habíamos contemplado en Islandia: un caudal potente ha formado una gran herradura con un islote en medio.
Goðafoss quiere decir “cascada de los dioses”. Los vikingos, hacia el año 1000 DC abandonaron su religión pagana para convertirse al cristianismo y un letrado arrojó a esta cascada sus antiguos dioses.

Todo lo que habíamos visto este día nos había dejado maravillados, Islandia sorprende en cada tramo que recorremos.
Alojamiento
Nos alojamos en el Hotel Vigerdi, en la misma carretera 1. Le cogimos en Booking. Era correcto, pero sin nada especial, simplemente nos vino bien para pasar una noche de camino a la península de Snæfellsnes.
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