El Camino Norte hacia Santiago de Compostela tiene una parte en esta costa del norte de Lugo; en Ribadeo, con la admirada playa de las Catedrales, los peregrinos se dirigen hacia el interior alcanzando Lourenzá y Mondoñedo antes de llegar a su destino.
Ello hace a la Mariña Lucense una zona completa, donde el mar ofrece vistas únicas, localidades que merecen ser visitadas, historia, gastronomía y una artesanía mundialmente conocida como la de Sargadelos. Todo unido le da un 10 a esta zona, donde todo queda al alcance de quien lo visite.
¿Qué ver en la Mariña Lucense partiendo de Foz?
Foz es un buen punto de partida para apreciar un hermoso tramo de la costa norte de Lugo. Aparcando al lado del puerto pesquero se tiene una vista de este pueblo pesquero que hoy en día es un destino turístico por sus playas de arena blanca.; dos de ellas, Rapadoira y Llás, son las que tienen más yodo de España.
La playa de las Catedrales está a 20 km. Viveiro a 37 km y Loiba, son su «banco más bonito del mundo” a 60 km.
A escasos kilómetros de Foz está San Martiño con su iglesia románica. Mondoñedo a 25 Km y Lourenzá a 8 km de esta localidad.
Intercambio de casa en Foz
Tomamos de partida Foz porque tuvimos aquí un intercambio de casa. Siempre que podemos utilizamos este sistema de alojamiento por las ventajas que conlleva.
Ruta de las playas
La RUTA DE LAS PLAYAS va desde Foz hasta Burela, se puede hacer andando o en coche parando en diversos puntos de interés. Nosotros hicimos el tramo desde Foz hasta la playa de Pampillosa, 7 km.
Desde el puerto pesquero hay que dirigirse hacia el puerto deportivo, mientras se va teniendo una vista de las casas de Foz, no hay un entramado de calles del antiguo pueblo pesquero, en su lugar hay casas que no desentonan al no haber construcciones altas. En este tramo hay diversos bares y restaurantes que hay que aprovechar, ya que después no habrá ocasión de tomar algo.

Enseguida se llega a la playa da Rapadoira, amplia y con una arena blanca que nos asombró ya que no son las que solemos ver. A pesar de ser que era noviembre se veían algunos surfistas.
Desde aquí se va recorriendo un paseo al lado del mar hasta llegar a la playa de Llás. Hay carteles informativos donde, además de explicar la flora y la fauna del lugar, se cuentan hechos que han ocurrido en esta parte de la costa; por ejemplo: “el 17 de diciembre de 1899 llegó misteriosamente a este lugar el barco velero noruego FOLKVANG, el cual carecía de tripulación”.

Desde la playa de Llás se llega a la playa de Peizas, 1,9 km, siempre al lado del mar. Se puede seguir caminando hasta los arenales de Pampillosa, 1,9 km; lo hicimos andando, pero este tramo va prácticamente por la carretera, un poco más alejado del mar.
El mar trabaja
Al llegar a la playa de Pampillosa llegó la sorpresa: ¡no había playa!
Por suerte nos encontramos con un lugareño con el que estuvimos charlando un rato sobre esta playa, a la que él acude regularmente para ver los cambios.
Nos contó que, como consecuencia del cambio climático, están ocurriendo fenómenos que no sucedían antes y que perciben las personas que viven en la costa.
“El mar trabaja”, nos dijo. Lo que era arena, ahora son montones de algas que el mar arranca del fondo y trae a la playa, también arrastra piedras hacia la playa y se lleva su arena. Como consecuencia de ello ahora no hay playa. Tiene tanta fuerza el mar, que ha cubierto de piedras parte de los espigones que se adentran y ha movido piedras enormes para canalizar la ría que estaban en ellos.

Con estos pensamientos volvimos, calculando e imaginando cómo modificará a este paisaje la subida del nivel del mar, 3 mm cada año. Tal vez los que somos de interior no lo notemos; pero quien es de mar, sí.
Playa de las Catedrales
Esta playa está a 20 Km de Foz y no necesita mucha presentación porque, seguramente, será la playa más famosa de toda la costa española. Tanto que en época veraniega está muy concurrida.
No es para menos, las formas de sus rocas, por las que se puede pasear cuando baja la marea, le dan un aspecto de arquitectura natural y caprichosa, que ha esculpido el agua y el aire.

Un poco más allá, Ribadeo.
San Martiño: Monjes y otros conquistadores
La Basílica románica de San Martiño, del siglo IX, es un libro abierto de historia. Alberga un Centro de Interpretación, de acceso gratuito, que da a conocer lo que ocurrió aquí en la Edad Media.
En Galicia hubo una colonización de monjes britanos, que llegaron por mar en barcos de cuero para crear monasterios. También hubo monjes provenientes de cerca de Braga, Portugal, que fueron enviados aquí huyendo de la expansión árabe que ocurría en el Sur de la Península Ibérica. Unos y otros convivieron con posibles desavenencias hasta que el Obispado se concedió definitivamente a los de Portugal.
La influencia britona se ha probado gracias a la similitud de vocabulario entre la lengua de la Bretaña francesa y la de Galicia, al ser ambas colonizadas por monjes britones.
Bajo el dominio suevo se habían construido iglesias sobre las que se levantaron otras nuevas, pertenecientes a otras culturas, entra ellas la románica. Los suevos llegaron a la Península Ibérica para conquistarla. No quedan testimonios, pero su influencia se ve en el arte asturleonés. También existen indicios de que estuvieron los normandos. Hasta el siglo X hay un vacío muy grande por falta de textos escritos.

La Iglesia San Martín de Mondoñedo, en las proximidades de Foz, está muy bien conservada. Los bajorrelieves de los capiteles son estilizados y muestran la claridad de ideas que tenían aquellos que los hicieron. Todos los elementos del románico aparecen puros en la arquitectura y en la decoración. Llaman la atención las policromías de las bóvedas.
Al lado de la iglesia está el Espazo Caritel, arte y naturaleza. En este enlace hay más información de este lugar.
Cerámica de Sargadelos en Cervo
Seguro que habéis visto, en más de una ocasión, piezas de cerámica blanca de Sargadelos coloreada, principalmente, de rojo y azul. La fábrica de cerámica de Sargadelos es un lugar que no hay perderse. Está fábrica está en Cervo y está catalogada como Bien de Interés Cultural.

La visita es un tanto curiosa, no solo por ser gratuita. No hay guía, sino algo mucho mejor: vas siguiendo las flechas que te adentran en el proceso mismo de elaboración de las figuras mientras las trabajadoras hacen su cometido a lo largo del recorrido. Para saber cada paso, basta con leer los carteles explicativos. Al terminar la visita, se puede ver, en un edificio circular anexo, una exposición y la tienda; es muy difícil no comprar alguna pieza de esta cerámica entre la elaboración tradicional a mano y el diseño vanguardista.
San Cibrián
En Galicia la lluvia tiene muchos nombres. Nos pilló una barruzada que no cesaba, así que nos acercamos a San Cibrián para ver su Museo del Mar, ubicado en las antiguas escuelas.
Es un museo sencillo, pero que muestra fielmente la importancia de la actividad pesquera que tuvo esta localidad. La sala de la derecha está dedicada a maquetas de barcos y a los utensilios para fabricarlos. Antes de llegar a la sala opuesta se ven muchas fotos de barcos pesqueros de hubo en San Cibrián. En la sala de la izquierda, te reciben unos huesos enormes de una ballena, cazada por los pescadores con sus arpones.

Recomendamos hablar con las dos personas encargadas del museo, entre su explicación y nuestras preguntas nos hicimos una buena idea de la vida marinera de aquí y de otros lugares. Nos contaron que los pescadores de San Cibrián se dedicaban a la captura de la ballena vasca desde el siglo XIII al XVIII. El último ballenero salió aquí en 1985, ya que al año siguiente entró en vigor la moratoria que prohibía su caza, dado que había disminuido mucho el número de ejemplares. Todos los países lo siguieron, menos Noruega y Japón.
La obtención de aceite era su principal uso, pero de las barbas de la boca de la ballena se hacían los hilos de los corsés y los cuellos de las camisas. Ahora se nota que hay más ballenas y, en ocasiones, se avistan ballenas jorobadas a pocas millas de la costa.
También nos contaron que se pescaban pinchos, congrios, sardinas y otras peces. De hecho, en el siglo XVIII hubo exceso de sardinas y vinieron a faenar pescadores catalanes. Otra curiosidad era que los pescadores tenían que pagar un diezmo al obispado de Mondoñedo.
Puerto de Bares
Para llegar a Puerto de Bares desde Foz hay que adentrarse por una carretera que conduce hacia una pequeña península que llega, por una parte, al faro de Estaca de Bares y, por otra, hacia el pequeño pueblo pesquero de Bares, el cual tiene mucho encanto por su situación con unas vistas espléndidas, divisadas antes desde el Mirador de Moreiras.
El Faro de Roncadeier, la Praia de Esteiro y la Punta Socastro son parte de este paisaje.

La playa lleva a imaginarse cuando Robinson Crusoe llegó a una isla después del naufragio. En el pueblo hay tres restaurantes en la parte del puerto; tomarte algo frente a este paisaje, y la quietud que hay en él, es algo a considerar.
Loiba y el banco más bonito del mundo
Volviendo de Bares, pasando O Barqueiro, se llega a los bellos acantilados de Loiba. Se han hecho muy famosos por “el banco más bonito del mundo”, “The best bank of the world”, que mira a este paisaje, mirando hacia un lado u otro los paisajes son distintos, es difícil elegir uno de ellos; por otra parte, tampoco es necesario hacerlo.

Depende del momento del día hay que guardar cola para sacarse una foto. Desde aquí se puede caminar ya que está en la “Ruta de la costa”.
Viveiro
Viveiro es un pueblo que nos gustó mucho. Tiene un paseo agradable, llegando a la Porta de Carlos V lleva al casco histórico de calles empedradas y casas con barandas blancas que nos recordaban a Burgos.

Lourenzá
Camino a Foz, muy cerca de Mondoñedo, visitamos Lourenzá. Su mayor atractivo es el Monasterio de San Salvador del siglo XV, el Camino a Santiago de Compostela pasaba por aquí. Sufrió la Desamortización de Mendizábal, desde 1974 está declarado Monumento Histórico Nacional y Bien de Interés Cultural.

Mondoñedo
El mayor atractivo de Mondoñedo es su catedral, pero el trazado de sus calles empedradas le engrandece aún más.
La catedral de Mondoñedo, también llamada “la catedral arrodillada” por su escasa altura, tiene una mezcla de estilos arquitectónicos: románico, gótico y barroco. La visita con audio guía, 4,5 €/adultos, va explicando todo ello, así como muchos detalles que a simple vista se escaparían.
El emplazamiento de la catedral es idóneo para que el edificio se luzca, al ubicarse en una plaza porticada de la que salen varias calles con sabor antiguo. Por una de ellas se ve la Fonte Vella, al cuyo lado está el antiguo seminario de Santa Catalina, ahora Hospedería donde se puede comer un único plato del día muy completo por solo 10 €.

Después de comprar la famosa “tarta de Mondoñedo”, nos fuimos con muy buen sabor de boca, no sin antes dar un último vistazo a la catedral y a la plaza, como lo hace la estatua de Álvaro Cunqueiro.
Dónde comer en Foz
Una buena elección es el /restaurante-pizzería “Barrilete” en la calle Rúa Illa Nova, 17; comida variada, sabrosa y de buena relación calidad-precio. Otro bar-restaurante que nos gustó fue “Casa Damián”, Paseo Colón 5; donde hay una gran foto de lo que era Foz cuando vivía de la pesca, dicho bar está ubicado en una antigua fábrica de conservas.