Traslado del aeropuerto
Nada más salir del aeropuerto está el autobús de Flybus. Sacamos los billetes, 120 NOK, en la máquina que hay en la parada y en 15 minutos nos encontramos en el centro de Bergen.
Hace dos paradas, la primera en la estación de autobuses y tren; la segunda, cerca de la anterior, en la calle Christies Gate, frente al lago Lungegårdsvannet.
Dónde dejar el equipaje
Al pasar unas horas en Bergen teníamos el problema de dónde dejar el equipaje. Mirando por Internet encontramos la bagbnb , con un punto de consigna muy cerca de la terminal Hurtigruten.
Sacamos la reserva por su web probando por primera vez este sistema. Cobraron 5 € por bulto. Es lo mismo que cobran en cualquier lugar del mundo donde ofrezcan este servicio.
Nuestra experiencia fue muy buena. El lugar de la consigna era un bazar donde el encargado nos atendió muy bien. Bagbnb no es una consigna clásica; pueden ser bares o tiendas los que ofrecen este servicio. La ventaja es que te permite organizarte mejor cuando tienes mucho equipaje y tiempo para conocer un lugar. Como se paga por internet te evitas tener que cambiar moneda.
En la terminal Hurtigruten vimos que había taquillas de consigna, pero había que usarlas con monedas noruegas. Es curioso que este sea ya el único lugar donde todavía se necesitan monedas. Durante este viaje hemos usado la bnext para casi todo, excepto para el alquiler de coche.
Primeras impresiones
Nada más dejar el equipaje nos dirigimos al centro de Bergen. Por azar topamos con un barrio con casas de madera de colores, a ambos lados de la calle Claus Frimanns Gate.
Seguimos hacia el centro y dimos con la Terminal Strankaien, de donde salen los ferries. Les utilizan los turistas para hacer excursiones, pero también son el transporte ordinario de la población de Bergen y alrededores.
Desde aquí ya se veían enfrente las famosas casas de colores del Bryggen.
Mercado de pescado
Seguido se llega a la Oficina de Turismo, el edificio no tiene pérdida por su tamaño y diseño. Debajo hay unos restaurantes de pescado, son bastante turísticos pero se puede elegir lo que más convenga al estómago y al bolsillo. Aquí ya te empiezas a mentalizar de que Noruega va a ser cara.

Saliendo hay también puestos de pescado y otros productos. Como estaban enfrente del funicular que sube al monte Fløyen, nos acercamos para ponernos a la cola.
Fløyen
Se puede sacar billete de ida o de ida y vuelta, un poquillo más barato. Cogimos solo la subida porque habíamos visto que se puede bajar andando. En la taquilla te dan un plano donde se ven las tres rutas posibles de descenso.
La subida en funicular es muy rápida y se va apreciando el fiordo donde está Bergen y sus colinas. El día era totalmente soleado, raro para ser septiembre y ser la ciudad donde más llueve de toda Europa, con unos 2000 litros al año.
Desde arriba las vistas a Bergen y sus siete colinas son estupendas. Nos resultó curioso encontrarnos con algunas de las cabras que deambulan entre los turistas, se ve que están muy acostumbradas y se acercan con mucha confianza para ver si encuentran algo de comer.

Bajamos por una de las rutas, así vimos mejor distintas panorámicas de Bergen por el camino. Es un lugar también muy transitado por los propios habitantes para hacer ejercicio y más en un día como ese.
Catedral
Según se baja del monte Fløyen pilla muy cerca la Catedral, de los siglos XII-XIII. La encontramos cerrada; nos conformamos con oír, por unos altavoces que había en la puerta de entrada, unos cánticos corales que ambientaban mucho.

Las calles adyacentes, Lille Øvregaten y Kong Oscars tienen encanto y nos llevaron nuevamente al centro.

Bryggen
Seguramente es la imagen más conocida de Bergen, el muelle hanseático, las antiguas casas de colores al lado del puerto. Quedan menos que las que había en el pasado debido a los incendios que ha habido, las actuales se han reconstruido y son Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1979.

Las casas se distinguían por los escudos o insignias que se ven en algunas de ellas, como el unicornio, el venado o el campesino.

También es muy interesante ir por la parte de atrás, donde se almacenaba el pescado seco para la exportación. Hoy día las construcciones restauradas o reconstruidas albergan los talleres de muchos artesanos y artistas, aparte de tiendas y restaurantes.
Alguna de ellas se puede visitar por dentro para apreciar el desnivel que tienen en el suelo, que también es perceptible desde la fachada. Lo vimos muy bien al entrar en la tienda de adornos de Navidad y subir al piso en que se encuentra.
En 1360 la Liga Hanseática, una federación de comerciantes alemanes que estaban en varias ciudades del Báltico, establece en Bergen una oficina y crea un enclave muy importante desde donde controlar la exportación del pescado seco y la importación de trigo.
Iglesia de St Mary Está iglesia del siglo XII está justamente detrás del Bryggen.
Los alrededores de Bergen tienen muchas posibilidades, fiordos que visitar y el tren Flan que va hasta Oslo entre otras ciudades, pero aprovechamos bastante bien las ocho horas en Bergen y nos fuimos muy satisfechos a la terminal del barco Hurtigruten. Íbamos a navegar durante unos días hasta Kirkenes con una parada pausada en las Islas Lofoten.