Un mismo destino da lugar a experiencias y sensaciones diferentes. La Catedral de Burgos, una visita obligada si vienes a nuestra ciudad, seguro que no te deja indiferente.
Reunimos de nuevo a varios viajeros en XBloggersy1Destino. Seguimos dándonos cuenta de que cada visitante pone su atención en algo diferente, lo que demuestra que los lugares especiales, como la Catedral de Burgos, son para regresar a verlos de nuevo y apreciarlos desde aquel ángulo que se escapó.
Os sugerimos que, mientras leáis estos breves apuntes y relatos sobre nuestra centenaria catedral, 800 años en 2021, escuchéis el Concierto Especial VIII Centenario Catedral de Burgos 2ª Parte interpretado por la Orquesta Sinfónica de Castilla y León.
Muchas gracias a todos los bloggers e instagramers que habéis colaborado en esta sección que no vamos a cerrar; así, si alguno más quiere participar, nos puede enviar su visión y la añadiremos. Esperamos que os guste.
Cuando iba al colegio… – De Euskadiz al mundo


Cuando iba al colegio y al instituto eran realmente otros tiempos. Los viajes de estudios se hacían a Mallorca y si había mucha suerte a Roma (en autobús, por supuesto). Por eso cualquier excursión cultural se hacía a lugares cercanos. Así es como visité por primera vez la majestuosa Catedral de Burgos que habíamos estudiado en clase. Ya al salir de la autopista que llega desde Bilbao a la capital burgalesa se podían ver en la distancia las agujas que coronan sus torres y que presiden la ciudad.
Era un día de invierno de esos que en Burgos son cosa seria: un par de grados bajo cero, cielo gris y ni un alma por la calle. Un chaval de 14 años que acaba de leer “El nombre de la rosa” de repente se traslada a plena Edad Media. Se siente minúsculo junto a las paredes de una catedral que, sin duda, es una de las más bonitas de toda España, pero que le recuerda más a un castillo que a un edificio religioso. Las fotos de los libros del instituto no le hacían justicia.
Cada vez que vuelvo la sensación es muy similar y, aunque sea un día de calor, es inevitable sentir un escalofrío al situarme a los pies de la Catedral y mirar hacia arriba.
Imprescindible en tu lista viajera – Nuestros Viajes

La catedral de Burgos es una de las 14 catedrales de estilo gótico que hay en España. Para nosotros es el estilo más bonito de todos en la arquitectura. Recargado, pero con muchos detalles y colorido. Se puede decir que es el eje central y el reclamo turístico principal (aquí no vamos a hablar de su buen vino, su buena gastronomía u otras obras arquitectónicas de renombre e historia). La catedral debe ser visita obligada para todo aquel que visite la ciudad. Es como ir a París y no subir a la torre Eiffel o entrar al Coliseo en Roma.
A nosotros siempre nos gusta informarnos bien de la historia de los lugares que vamos a visitar y así hicimos la primera vez que fuimos a Burgos. (Si, hemos estado varias veces, porque es una ciudad que nos gusta y no está lejos de donde vivimos para poder pasar un fin de semana).
La catedral nos maravilló tanto la primera vez que fuimos como la segunda. Es una obra que no te cansas de admirar por fuera y sobre todo por dentro.
La historia que encierra, con todos los artistas que han dejado su huella en ella. ¿Quién no ha oído hablar del Cid Campeador? Aquí podemos visitar su tumba en la que está junto a su mujer, o la famosa capilla del Condestable que se estudia en todos los libros de arte.
Es un lugar en el que confluyen muchos testimonios.
Y por último os recomendamos visitarla (si podéis) en un día soleado y sobre las horas centrales ya que los rayos del sol se cuelan por entre sus vidrieras y rosetón tiñendo las columnas y el suelo de hermosos coloridos, lo cual le da un aspecto más mágico aún.
Mirar hacia arriba – Viajes y mapas –

Impresionante, esa fue la primera palabra que me vino a la cabeza cuando por fin la tuve delante. Hacía mucho tiempo que deseaba ver la Catedral de Burgos y por unas cosas u otras, sólo podía vislumbrar sus torres desde lejos cuando pasaba por Burgos. Al fin, hace unos cinco años, tuve el gran placer de conocerla.
Una cosa que considero distintivo de la Catedral de Burgos son sus torres, aquellas mismas torres que yo siempre había contemplado de lejos. Mirar hacia arriba y verlas, rematadas por unas , elevarse hacia el cielo en un vano intento de alcanzarlo resulta asombroso. Te puedes estar horas admirando todos y cada uno de los detalles de su exterior y no encuentras algo fuera de lugar o que no esté a la altura de tan magnífico templo. Una vez en su interior te sobrecoge su grandiosidad. He de decir que lo primero que busqué fue la tumba del Cid, soy muy amante de la Edad Media y todo su contexto histórico, con lo cual para mí fue lo máximo. Y qué decir de la belleza del lugar elegido para ella, con la hermosísima Escalera Dorada al fondo. Y su coro, otro de los rincones de la Catedral que me emocionó, te inspira una gran paz interior, y cuando estás ante el gran libro de partituras que se halla en él, te ves trasladado a tiempos remotos.
Si eres un amante del arte gótico, quedarás maravillado ante esta obra maestra, no en vano es Patrimonio de la Humanidad.
Fue la primera vez que estuve, pero por supuesto no la última, hace un año volví y todas aquellas sensaciones continuaron vívidas en mí, creo que el que va seguro que repite.
Agradable «obligación» – Viajes y Rutas

He perdido la cuenta de las veces que hemos estado en Burgos tanto por turismo como por trabajo y, cada vez que vamos, un paseo para ver la catedral se convierte en una agradable «obligación».
Entre todos estos viajes a la capital burgalesa, recuerdo con especial cariño dos. El primero hace ya unos cuantos años en nuestro viaje de novios, en el que hicimos una parada técnica de un par de horas. El día era gris y lluvioso, pero la vista de la catedral, tras atravesar el Arco de Santa María, me pareció francamente maravillosa.
En la otra, ya con mis hijas, subimos en el trenecito turístico y pudimos verla desde el mirador, verla sobresalir entre los edificios de nuevo fue una sensación extraordinaria y muy recomendable.
Y es que la Catedral de Burgos es sin duda una de las más bellas de España, es camaleónica ya que cambia según la luz que incide sobre sus fachadas que además son todas realmente maravillosas.
Imponente catedral – Historias viajeras

En Castilla y León al norte de España se encuentra Burgos, una pequeña ciudad pero con grandes monumentos. Sin lugar a dudas, el más representativo e importante es su imponente catedral, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y en 1885 declarado Monumento Nacional.
La construcción de la Catedral se inició en 1221 inspirada en la Catedral de Notre Dame y culminada en el año 1260. Este importante monumento se encuentra situado frente a la Plaza de Santa María y sus torres pueden ser vistas desde cualquier punto de la ciudad. Dentro de la Catedral puedes visitar distintos escenarios como la Capilla de los Condestables, la Escalera Dorada, Cimborrio y el Papamoscas.
Una de las más bonitas – Viajando por el mundo mundial

Si algo no le falta a España son iglesias; desde pequeñas capillas escondidas en algún pueblo perdido entre montañas hasta majestuosas catedrales. Una de las catedrales más bonitas de España se encuentra en Burgos.
La Catedral de Burgos es una de las principales obras del gótico español, cuya construcción se inició en el año 1221. Su cabecera inicial tenía una girola con una serie de capillas radiales intercaladas entre contrafuertes.
En 1240, se modificó la cabecera disponiendo un presbiterio de tres tramos, rodeado de una gran girola, a la que se abren cinco capillas poligonales, las cuales están precedidas por dos capillas rectangulares a cada lado.
A partir del siglo XV, la fachada occidental de la Catedral de Burgos se embellece en un estilo gótico flamígero germánico, se construyen las agujas que coronan las torres y se levanta el cimborrio.
Este cimborrio se derrumba en el siglo XVI y se rehace en estilo plateresco. También en el siglo XVI se construye la Capilla de los Condestables de Castilla y una cámara funeraria.
Desde el siglo XVI hasta nuestros días la Catedral ha sido perfectamente conservada gracias a las labores de mantenimiento, que permiten que podamos seguir contemplando su belleza.
Pensando en la primera vez – Organizo tu viaje

Pensando en la primera vez que vimos la Catedral de Burgos, tenemos que confesar que no lo recordamos exactamente. Seguramente fuese con una visita con el cole o con nuestros padres cuando éramos pequeños. Pero la primera impresión que recordamos fue hace no tanto. Cuando volvimos, de adultos, a estar ante su imponente estampa. Aunque nosotros habíamos crecido, no la recordábamos tan inmensa. Y a pesar de haber viajado mucho más que cuando éramos niños, nos impresionó no recordar lo impresionante que resulta y lo bonita que es cuando la tienes enfrente.
Es en ese momento en el que quieres aprender más sobre ella. Pero no ya como lo hacías en el cole, memorizando sin más, sino con ganas de saber algo de la cantidad de historia que hay detrás de cada una de sus piedras. Ahora que eres consciente de lo rápido que pasa el tiempo, como en muchos de los grandes monumentos de Castilla y León, no terminas de asimilar muy bien la cantidad de años que lleva la misma imagen que hoy tú tienes delante, mostrándose a cientos de generaciones anteriores a la tuya. En breve, 800 años. Y alucinas, pensando «Qué bien estás para la edad que tienes» Esa primera impresión sí que la recordamos. Perfectamente.
Volver a casa… – Viajando en furgo

Lo tengo claro. Para mí la Catedral de Burgos significa volver a casa…
Soy medio burgalesa. Mi padre es de Burgos, Burgos. Es de los que se emociona escuchando el himno de Burgos y cuando puede acude a las fiestas de San Pedro y San Pablo. Lo de ser burgalés se lleva en la sangre, algo que nos ha transmitido a toda la familia.
Por ello no concibo volver a Burgos y no pasear por el centro. Llegar al Cid, recorrer el Espolón, cruzar el Arco de Santa María y descubrir que me quedo mirando por enésima vez la catedral como si fuese la primera vez. Es que no me canso de verla. Hay tantos detalles que me hace recordar mi niñez, como cuando les hacíamos entrar a mis padres para, tan solo, ver al Papamoscas.
Recorrer los últimos kilómetros de la A1 antes de llegar a Burgos y verla a lo lejos, destacando de toda la ciudad, hace que se me ponga una sonrisa en la cara y piense «ya estoy en casa».
Las Capillas de la Catedral – Abuelilta mochilera

Una de las partes más bonitas de la Catedral de Burgos son sus capillas. Las más importantes son la Capilla Mayor de estilo renacentista construido es 1562 y culminada en 1577 por los hermanos De la Haya. Esta Capilla es imponente vale la pena dedicarle un buen rato para admirarla. Otra de las capillas importantes es la del Condestable o Capilla de la Purificación construida por Simón de Colonia en 1482 hasta 1994. Una de las atracciones más importantes de esta capilla son sus Sepulcros Góticos pertenecientes a la Capilla de San Pedro.
Además de estas 2 capillas importantes existen unas 8 capillas más que vale la pena visitar aunque una de las más interesantes es la Capilla de San Nicolás, la más antigua de todas casi terminada en 1230 de un estilo clásico gótico. En esta capilla se encuentra la tumba de su patrocinador Pedro Díaz de Villahoz. Otras capillas atractivas son la Capilla de Santa Tecla, la Capilla de Santa Ana, de la Natividad que es importante dedicarle varios minutos.
Una ilusión óptica – Poesía en viaje

Tiene que ser que hay más de una Catedral de Burgos. Al traspasar el Arco de Santa María cada par de ojos la puede imaginar distinta o cuando se la ve de refilón entre las calles de bares que llevan a ella, seguro que los sabrosos pinchos regados de un vino de Ribera del Duero contribuyen a ello.
Así se explicaría que, después de verla cientos de veces, no me canse el contemplarla, la luz en sus piedras y mi ánimo también influyen. Siempre es un estreno, como la primera foto que le hace un turista con la boca más abierta que el Papamoscas al marcar las horas. De niño lo miraba en lo alto y me parecía un personaje anodino. Al volver con mis padres y mi hermana a Gamonal, los edificios de las barriadas obreras contrastaban con la visión del templo a solo unas paradas de autobús. Para aquella edad, era una verdadera ilusión óptica. Aún lo es.
La Escalera Dorada – Al Este por el Oeste

La Escalera Dorada. ¿A dónde llevará? ¿Se podrá subir por ella? De niña eso me intrigaba. No me contestaron o, tal vez, con mis pocos años, no entendí la respuesta. Uno de los misterios de mi infancia, eso es lo que fue.
Cuando entraba en la catedral me sentía muy pequeña. Me mandaban mirar para arriba y exclamaban: ¡Mira el Papamoscas! ¡Mira el órgano! ¡Mira el cimborrio! Allí estaba yo, estirando el cuello, buscándolo todo, intentando no perderme en ese laberinto de muros y bóvedas.
Cuando llegábamos al crucero, justo entre el coro y el altar mayor, señalaban hacia la izquierda y allí estaba la Escalera Dorada. Me quedaba mirándola asombrada. Mi cabecita pensaría que llevaba directamente al cielo o que estaba ahí para cuando viniera una reina.
Tuvieron que pasar muchos años y adquirir el suficiente sentido de las tres dimensiones para que, tras pasar repetidas veces por la calle Fernán González delante del pórtico de la Coronería, me diera cuenta de que era allí precisamente donde acababa la escalera de mis sueños. Miré la puerta y pensé: “Mmmm, no está mal”, pero desde luego que no se parecía nada al lugar que había forjado en mi imaginación.