Puerto de la Cruz fue la ciudad donde nos alojamos durante nuestra estancia en Tenerife. Desde allí bajábamos caminando hasta la playa y las piscinas de Martiánez. Teníamos supermercado al lado, tiendas, parada de autobuses, agencias de alquiler de coches y guachinches donde comer.
Volamos a Tenerife con Ryanair y fuimos del aeropuerto en autobús urbano al apartamento. El clima, la vegetación, el paisaje, la diferencia horaria, el habla local y la comida típica nos sorprendieron bastante y nos sentimos en un lugar exótico sin haber salido de España.
Desde Puerto de la Cruz nos movíamos en autobuses locales hacia Icod de los Vinos, Garachico o La Orotava y en coche de alquiler para ir al Teide o para recorrer la isla pasando por Masca, Los Gigantes y regresando por Candelaria. Las dos rutas merecen mucho la pena por la variedad de paisajes que se ven.

Icod de los Vinos
La subida al Teide preferimos hacerla por La Orotava, aunque es mucho más empinada y se hace un poco largo tanta cuesta, pero resulta interesante por el cambio de vegetación que se ve a medida aumentas la altitud.

La Orotava
A la hora de bajar lo hicimos dirección a La Laguna para completar el día paseando por una ciudad colonial de las que no se ven en la península. Arriba en el Teide, es ameno visitar el Centro de Interpretación e ir parando donde más llame la atención. La subida a la cima en teleférico no pudimos hacerla porque se suspendió por viento fuerte. El Parador Nacional, que está cerca de las chimeneas volcánicas, famosas por salir en los billetes, no tiene ningún atractivo en sí.

El Teide
La ruta alrededor de la isla saliendo de Puerto de la Cruz hacia El Palmar hasta llegar a Masca tiene una vistas impresionantes. Se puede ir parando en miradores para ver el océano y la isla de La Palma, los campos de cultivo y los altísimos acantilados. Llegando a Masca hay una bajada pronunciada pero la carretera está nueva pero para salir de allí subimos por otra carretera que lleva hasta Santiago del Teide que posiblemente sea la más escarpada, estrecha y de curvas cerradas que hayamos visto en la vida. Además nos tocó subirla con turistas que frenaban para contemplar la vista… Según como sea cada uno puede ser una gozada o un suplicio.

Masca
En Los Gigantes aparcamos en el puerto para montar en un barco que nos llevó por los acantilados hasta la playa de Masca para nadar un poco y ver delfines.

Los Gigantes
El regreso lo hicimos por la parte sur de Tenerife, árida a más no poder, y paramos en Candelaria para pasear al atardecer.
El 16 de agosto, fiestas de San Roque en Garachico, hay una gran romería que atrae a todos los habitantes de los alrededores y a los turistas.

Garachico
Participan carros y carretas que van invitando a beber y a comer, grupos que animan con canciones y coplillas como ésta que se nos quedó grabada en la memoria por su «profundidad filosófica»:
«Pepa, vente conmigo, manda a tu novio al carajo».

Garachico
De Tenerife cogimos un ferry hacia la Gomera.