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Brisbane Bell, Christmas in Australia

En nuestro viaje por el Pacífico llevábamos tanto tiempo rodeados de naturaleza que de pronto `Brisbane in Australia´ nos sorprendió. Es una gran ciudad con anchas aceras para pasear, plazas, parques, museos… y mucho por descubrir. Es una ciudad moderna, nueva, donde brilla el cristal y con grandes obras de ingeniería. 

Brisbane

Las grandes ciudades del nuevo mundo no se pueden comparar con las europeas, tienen su propia personalidad. Tan importante puede ser para un australiano descubrir Barcelona como para un europeo ver Brisbane. Sencillamente es algo distinto.

En el consulado de China

Para nosotros Brisbane también era la ciudad donde poder obtener el visado para China y, una vez conseguido, seguir planeando nuestro viaje hacia el oeste en su tramo de regreso a España. Por eso, lo primero que hicimos al día siguiente de llegar fue ir por la mañana con nuestros papeles al consulado de China en pleno centro de la ciudad.

Centro de Brisbane, donde está el Consulado de China

Cuál fue nuestra sorpresa cuando un conserje realmente eficaz nos dijo que, según la normativa nueva, necesitábamos presentar el billete de avión a China y una reserva de hotel. Nos descolocó y nos quedamos un poco aturdidos porque habíamos leído en la página web del consulado que no se necesitaba. Pero la norma había cambiado solo hace unos días y si no llevábamos el papeleo en regla no nos daban número en la cola.

Teníamos el vuelo comprado, pero no el hotel porque habíamos conseguido un intercambio en Shanghái, así que volvimos a casa, hicimos una reserva de una noche con Hostelworld en el albergue más barato que encontramos, rehicimos los papeles y otra vez al consulado antes de que cerraran. Esta vez el conserje, al ver que teníamos todo en regla, con una sonrisa nos dio número y a partir de ahí todo fue bien, en cuatro días hábiles tuvimos el visado. Ya podíamos disfrutar de Brisbane y ver qué había además de un río, rascacielos, ventiladores en los techos y pájaros que cantan al amanecer.

En la casa de intercambio

Brisbane es también la ciudad de Lyn y Graeme, los dueños de la casa en la que vivimos durante dos semanas en el barrio de Bowen Hills, a una media hora andando del centro. Ellos habían estado en octubre en nuestra casa. Teníamos el transporte público muy cerca por lo que sólo usamos el coche para ir al supermercado o a las afueras. Brisbane es una ciudad con mucha vida y que está creciendo rápidamente. El tren era caro, pero cómodo; sacamos una tarjeta que íbamos recargando, la cual también servía para coger el City Cat, el ferry que te lleva de un punto a otro de la ciudad por el río Brisbane, lo cogimos un día y la vista desde el río mereció la pena.

Brisbane: South Bank

Un día fuimos a conocer la nueva zona de South Bank, que está al otro lado del río y que acoge  todo un complejo cultural y de ocio con teatros, museos, biblioteca, atracciones y piscinas públicas.

South Bank, Brisbane

Después vimos el ambiente de inauguración de las fiestas en las que había unas casetas de comida que vendían crepes y donuts artesanos que estaban muy buenos. Había mucho ambiente con mercadillos de artesanía y actuaciones.  Ese llenazo, que hacía mucho tiempo que no veíamos, nos recordaba las Fiestas de San Pedro en Burgos. La diferencia era que en vez de oír a las peñas se oía el Gingle Bells y el rock de Rudolf.

En la Queensland Art Gallery vimos una exposición de Matisse, también se podían hacer actividades en ella relacionadas con la obra de este pintor francés.

Clase en la Queensland Art Gallery, Brisbane

Brisbane: Roma Parkland

Brisbane tiene bonitas zonas verdes en pleno centro, donde conocimos las plantas propias de Queensland. Roma Parkland es un gran parque dividido en zonas con distintos tipos de vegetación subtropical. Muchas de las plantas de interior, que en España utilizamos para decorar, aquí se encuentran en forma de grandes arbustos en los jardines y en el campo.

Tiene otra zona con un gran escenario donde el día que estuvimos había un festival organizado por todas las iglesias cristianas que se unen para celebrar la Navidad.

Celebrando la Navidad en Queensland Roma Parkland

Desde ahí nos acercamos al centro donde se estaban preparando los participantes del desfile navideño: carrozas y numeritos de baile, versiones australianas de famosas canciones adaptadas al verano playero y de barbacoa que nos hacían mucha gracia.

Preparados para el desfile navideño, Brisbane

Brisbane: Jardín Botánico

El Jardín Botánico contiene arboles tropicales y palmeras de todo el mundo.

Jardín Botánico, Brisbane

Nos llamaron la atención los ficus, el bambú gigante y los enormes pinos australianos llamados Bunya Pines que pueden medir hasta 50 metros y sus piñas pesan hasta 10 kilos. Parte de él quedó cubierto por la subida del río en las inundaciones de enero de 2011, vimos una señal que indicaba el nivel donde había llegado el agua.

Bunya Pines

Otro día fuimos a un gran centro comercial en Chermside donde aprovechamos para comprar ropa e ir a la peluquería.

Nochebuena en Brisbane

En casa también teníamos ambientación navideña con un árbol de Navidad y regalos que nos habían dejado Lyn y Graeme y unas lucecitas en el patio que encendíamos por las noches. Nuestras navidades en Australia han resultado ser una mezcla de costumbres españolas y australianas.

Estamos tan hechos a la rutina española de Nochebuena-Navidad-Nochevieja-Año Nuevo- Reyes que hicimos cena en Nochebuena, pese a que aquí no es tradición, y abrimos los regalos que nos habían dejado, entre ellos un pastel de Navidad hecho con frutas, varias semanas antes para que coja sabor. Hay que ponerlo al baño maría durante una hora para desmoldarlo. Nos lo comimos para desayunar el día de Navidad con una copita de cava para brindar por Skype con nuestra familia, que aún estaba celebrando la Nochebuena porque allí eran diez horas menos.

Nochebuena 2011 en Australia, ¡sin abrigo!

Los otros regalos fueron unos puzles y unos adornos artesanales para las chicas, un paño de cocina australiano con el dibujo de unas cucaburras, un jabón de tocador y una botella de vino blanco. Fue divertido cambiar la costumbre de todos los años también el día 26, que aquí es fiesta y se le llama Boxing Day, así que como hacía muy bueno, nos fuimos a la playa más cercana, Redcliffe, a pasar el día y vimos como todo el mundo estaba relajado comiendo en el campo después de la gran fiesta navideña.

Redcliffe, Queensland

Nuevos intercambios desde Brisbane

Brisbane ha sido también un lugar de encuentro con gente. Quedamos dos días con Lyn y Graeme, uno en un restaurante de Chinatown donde probamos a comer con palillos una comida muy rica y otro en casa, cenando la típica tortilla y la paella.

También nos vinieron a visitar una familia de Cairns dado que nos dejaron su casa para cuando vayamos allí, estaban de camino y de paso nos dieron la llave. También una profesora de Brisbane que trabaja en un colegio internacional en Pekin, a la que escribimos para solicitar intercambio y que, como estaba en Brisbane de vacaciones, ¡qué casualidad!, quiso venir a conocernos. Hablamos mucho con ella y al final descubrimos que es amiga de la familia de Singapur, con la que nos intercambiamos la casa en allí y que ya nos visitaron en Burgos a principio de verano pasado

¡Qué pequeño es el mundo! Cuanto más lejos vamos más cercano nos parece todo.

Vuelta al mundo 2011/12