Hoy es un día radiante y la marca de la sombra que nos retiene aún persiste, hasta en la noche. Siempre surgen algunos papeles descoloridos en el collage de la vida.
Desde la ventana veo el baile de unas hojas verdes y a las nubes formando los dibujos de los sueños que pronto nos lloverán. Oigo un rock and roll, me sacude y va directo a los huesos y las neuronas. Los granos del reloj de arena siguen cayendo en la base que acumula el tiempo.
Es 25 de abril de 2020, un día más esperando que las paredes sean puertas; abrirlas sin temor, respirar sin barreras, salir y tirarnos en la hierba, correr lejos sin saber cuál dirección elegir.
O sí. Volvería donde las líneas se pierdan, hacia el amanecer en aquella tienda en el árbol junto al Okavango, o a los siete azules de la laguna de Bacalar, o a la playa de Isla de Lobos con muestras hijas.
O mejor, más cerca; donde a la palabra MAÑANA no le falten letras y quepan en su interior los deseos que formarán nuestro collage con las piezas que vengan.
Brindemos por ello. ¡Feliz cumpleaños Marisol! Compañera de tantos viajes. Te debo un concierto.
© Alberto Cotillas Revilla