Para realizar esta ruta circular de 8 km hay que llegar a Herrera de Valdivielso, o de Caderechas. Desde Burgos se va pasando primero por Salas de Bureba desde nos adentramos en el Valle de Caderechas.
Herrera de Valdivielso
En el pueblo hay un pequeño aparcamiento enfrente del cartel donde se indica la ruta, la cual está perfectamente señalizada en todos sus tramos, desde el pueblo hasta los diversos senderos, por medio de flechas, piedras pintadas, lazos en los árboles y arbustos y estacas en la tierra. No hay pérdida posible y la dificultad es escasa, muy fácil y, sobre todo, agradable.
Durante la subida se camina entre pinares por la ladera sur con una pendiente suave. El valle queda a nuestros pies cuando se empiezan a encontrar un sin fin de sorpresas que nos entretienen: setas, corazones, búhos, … Son el anuncio de que nos acercamos al bosque de los duendes, un monte donde la magia vive en los tejidos caprichosos que envuelven los troncos de los árboles, un lugar que invita a quedarse, a querer a la naturaleza, donde la imaginación se ha quedado a vivir.

Valle de Valdivielso
Desde allí se sube hasta la cima. Se divisa el Valle de Valdivielso con una perspectiva nueva, lejos de las carreteras transitadas desde las que estamos tan acostumbrados a verlo. De repente pisamos una ladera húmeda y sentimos el frescor que emana de la vegetación. Si el día es claro se puede contemplar cómo se sucede sierra tras sierra. Estamos en la cumbre cuando volvemos a dar la espalda a Valdivielso y a empezar a descender otra vez hacia Herrera.


Descenso
Descendemos por la pendiente que utilizaban los ganados antiguamente y que es mucho más fuerte que la de subida hasta encontrarnos con el pueblo, sus cerezos y sus manzanos.

Este itinerario era el que seguían en el pasado los habitantes de Herrera para ir a Valdivielso. Nada mejor os lo cuente el promotor y alma de la misma.
Asier Irigoyen, impulsor y creador de La ruta de los duendes
“Antes que nada permitidme que me presente, me llamo Asier, soy y vivo en Vitoria pero siendo mi padre de Herrera y teniendo fincas que atender, hemos estado allí desde bien pequeñitos, criándonos por las calles y los entornos del pueblo.
Os voy a explicar a grandes rasgos el por qué me animé con la idea de hacer LA RUTA DE LOS DUENDES.
Enamorado de mi pueblo y de la naturaleza, aficionado como soy al mundo de la bicicleta y tratando de hacer una ruta para disfrutar con los amigos fui preguntando por caminos y senderos que ya existieran en el pueblo y que yo no conociera.
Fue en ese momento cuando me comentaron de un sendero que utilizaban las gentes del pueblo para comunicar El valle de Caderechas con el de Valdivielso, al que pertenecimos, administrativamente hablando, hasta los primeros años del 1900. No me lo pensé mucho y me puse manos a la obra, un serrote y mucho esfuerzo fueron mis compañeros para hacer las labores de limpieza.
Cuando comenté la idea con algunos amig@s, me dijeron que tenía que tratar de darla a conocer, así que traté de buscar un nombre que generase curiosidad y darle atractivos para que la gente se animase.
Una historia con duende
Buscando por internet sobre la historia del pueblo vi un recorte de periódico del año 1883 en el que un cura afincado en Herrera afirmaba que existían «DUENDES y brujas» en el pueblo, de ahí lo de LA RUTA DE LOS DUENDES.

Los «atractivos» ya los visteis, carteles indicándonos las distancias a diferentes lugares del mundo.

El bosque encantado donde a día de hoy ya llevamos 62 árboles decorados (mi madre y diversas asociaciones de la geografía nacional me han ayudado) y cositas que se me van ocurriendo, pena que salvo mi madre y otro chico del pueblo, nadie me ayude con ésta locura, pero creo que es una idea superbonita dar a conocer el entorno y hacerlo a través de la naturaleza.
Me gustaría seguir haciendo cosas, recuperar más caminos, añadir más atractivos, pero por desgracia supone mucho esfuerzo (eso es lo de menos…) y requiere de mucho tiempo y al final me supone coste económico, no cuento ni con ayudas ni con un ingreso que me ayudase a comprar más tablas, más pinturas…” “Ojalá, de alguna manera, tuviese algún ingreso, me serviría para mejorar marcajes, ampliar recorridos, hacer más cosas en definitiva. Es una iniciativa privada, por lo que todas las pinturas, sobre todo las jaulas de los pájaros y demás, han supuesto esfuerzo económico”.

Urban knitting
El urban knitting es un movimiento que surgió en Huston (Texas) con el propósito de embellecer el mobiliario urbano sin dañarlo y que se ha ido extendiendo por el mundo ganando adeptos que encuentran en tejer una forma pacífica de expresión. Hay varias asociaciones en España y algunas de ellas han colaborado en la idea de embellecer este monte. Asier Irigoyen nos habla de ellas: “Sobre todo, y en diversas ocasiones ha colaborado dándonos recuadros, PIEDAD, de «tejiendo en Vitoria «.
También Ricardo y su madre, de Burgos pero que veranean en Herrera, que nos ha dado mantas y los búhos que decoran los árboles…
Y por encima de esas asociaciones, encima de cualquier cosa, está mi madre, que siempre me acompaña en esta locura y es la que, gracias a lanas que compra ella o que nos da la gente, hace mantas. La que si hay que subir maderas para hacer los marcajes allí que está siempre dispuesta”.

Os invitamos a visitar para ver más fotos y comentarios; pero, sobre todo, os animamos a que os acerquéis a Herrera de Valdivielso, en el Valle de Caderechas, y disfrutéis de esta RUTA DE LOS DUENDES tanto como nosotros lo hicimos sintiéndonos pájaros entre árboles, valles y nidos.