Tal vez la primera imagen que nos llega de Copenhague es la Sirenita; sin embargo, hay otros lugares muy atractivos, como la Ópera, los Jardines Botánicos del castillo Rosenborg, la Torre Redonda, el Nyhavn o la calle peatonal Strøget.

Cómo llegamos a Copenhague desde Helsinki
Para llegar a Copenhague volamos desde Helsinki. Es fácil llegar al aeropuerto de la capital de Finlandia, hay autobuses que parten de los andenes que están a la salida de la estación de trenes, en pleno centro. Ya en el aeropuerto de Copenhague otro tren nos llevó a la estación central.
Qué ver en Copenhague en cuatro días
Copenhague, la ciudad de Hans Christian Andersen está llena de lugares para ser descubiertos, no solo está su famosa Sirenita; en esta entrada hablaremos de lo que vimos en nuestra estancia durante cuatro días, como la Ópera, los Jardines Botánicos del castillo Rosenborg, Christiania, la Biblioteca Real, la Torre Redonda, el Palacio de Amalienborg, el Nyhavn o la calle peatonal Strøget que nos lleva al Ayuntamiento en la plaza Rådhuspladsen. Alejado del centro se puede andar viendo ciervos en Jægersborg Deer Park.
La Sirenita de Copenhague
Seguramente es la imagen más famosa de Copenhague, la que todos tenemos en la memoria y queremos ver con nuestros propios ojos. Está un poco alejada del centro, pero es fácil llegar en tren desde la estación central hasta Østerport. Otra opción es desde Nyhavn, calle Bregade, con el bus 23.
Nosotros fuimos andando, sin prisas; así pudimos detenernos en la ciudadela de Kastellet, la iglesia de St Alban´s y la fuente de Gefion. A poca distancia de ahí nos encontramos con la estatua de la Sirenita.

Ya sabíamos que la Sirenita no era una estatua grande, esto no nos desilusionó; lo que sí lo hizo fue ver el pobre decorado que tiene de fondo, lleno de fábricas.
La Ópera, Christiania y la Biblioteca Real
Volvimos andando por Larsens Plads teniendo al río a nuestro lado. Vimos una réplica del David de Miguel Ángel en el paseo al lado de la Royal Collection. Seguimos hasta el restaurante Play House que está en un teatro de líneas rectas y espacios amplios con cristaleras y vistas a la Ópera.
Pasamos al otro lado para ver la Ópera, nos la encontramos cerrada pero nos gustó el edificio por fuera. De ahí, a la ciudad libre de Christiania; se creó en 1971 y sus habitantes tiene su propio autogobierno, no se consideran parte de la Unión Europea. Nos sentamos en un alto a observar, sin hacer fotografías y percibiendo el olor a marihuana.

Seguimos por la iglesia de San Salvador hasta llegar a la Biblioteca Real de Copenhague formada por varios edificios. Detrás de uno de ellos hay unos jardines donde la calma impera. De ahí llegamos al Palacio Christiansborg, el actual Parlamento de Dinamarca.
Plaza Rådhuspladsen y calle Strøget
De nuestra casa de intercambio llegábamos en tren hasta la estación central, cerca de el Ayuntamiento, en la gran plaza Rådhuspladsen. A un lado vimos la estatua del famoso escritor de cuentos Hans Christian Andersen; al otro, el Parque de atracciones Tivoli, aunque su entrada está en la calle según se va a la estación de trenes. De esta plaza sale la concurrida calle peatonal, Strøget, la más larga de Europa, que llega a muchos de los lugares que ver en Copenhague. Tiene un buen ambiente, tiendas, restaurantes, fuentes y edificios interesantes.

Torre Redonda y Palacio de Amalienborg
Girando por un lateral de la calle Strøget se llega a la Torre Redonda, del siglo XVII, lugar imprescindible por las vistas y la singularidad del edificio, sin escalones y con rampa circular, para poder subir el telescopio. Está considerada el observatorio astronómico más antiguo de Europa. Vimos una exposición sobre la Luna donde se iban explicando diversos aspectos interesantes de ella de forma interactiva.
Palacio de Amalienborg, la familia real de Dinamarca vive en este palacio parte del año. Casualmente vimos el cambio de guardia. Al lado está la iglesia de mármol con una gran cúpula de 31 metro de diámetro.
Saliendo de esta iglesia encontramos el Mormors café en la calle Bredgade 45, un lugar curioso con multitud de objetos antiguos.

Nyhavn
Después de la Sirenita tal vez sea el segundo lugar más fotografiado de Copenhague. Este puerto nuevo, en pleno centro y algo más allá del final de la calle Strøget, es realmente pintoresco debido a sus casas de colores. En el siglo XVII el comercio marítimo llegaba aquí. Hoy es un trasiego de gente, locales y turistas por los dos lados de la entrada del mar. En uno de ellos está la casa donde vivió Hans Christian Andersen, números 18 y 20.

Rosenborg y los Jardines Botánicos de Copenhague
Este castillo del siglo XVII está en medio de unos jardines por los que es muy agradable pasear teniendo varias vistas del castillo, en él se guardan las joyas de la Corona Danesa. Lo que le caracteriza es su ladrillo rojo con las torres verde jade.
Los Jardines botánicos de Copenhague están cerca del castillo de Roserbog. Es otro espacio verde por el que pasear entre árboles y el lago es un relax. Los jardines son gratuitos, pero hay que pagar para ver el invernadero. Al salir de los Jardines Botánicos nos encontramos con un enorme meteorito.

Jægersborg Deer Park
Este bosque fue toda una agradable sorpresa puesto que se encontraba justo al lado de nuestra casa de intercambio. Nos acercamos a conocerle por recomendación de nuestros anfitriones y nos gustó mucho. Tiene una gran extensión por la cual se pueden ver ciervos en total libertad, algunos huían al vernos, otros no tanto. Los diversos caminos van a dar a un antiguo pabellón de caza de la familia real danesa.
Nosotros fuimos andando, pero viniendo desde la estación central de Copenhague hay que bajarse en la estación de Klampenborg. En este parque también hay un pequeño parque de atracciones y restaurantes en la entrada.

Alojamiento
En Copenhaghe estuvimos en una casa de intercambio. En nuestra entrada contamos las muchas ventajas de este sistema de alojamiento que tanto nos gusta.
Así transcurrió nuestra estancia de cuatro días en Copenhague, aunque la aprovechamos bastante, se nos hizo corta. La ciudad ofrece mucho, alguna vez nos gustaría volver y conocer más de Dinamarca.