Tallin, capital de Estonia, nos dio mucho más de lo que esperábamos: sus calles peatonales con sus casas y patios, como el de los Maestros, la plaza del Ayuntamiento, el museo Hiek in de Kok con sus vistas a la ciudad y a las murallas; todo ello convierte a Tallin en un decorado de película.
Cómo llegamos a Tallin
Desde Riga salimos en Flixbus hasta Tallin. Los billetes se pueden sacar a través de su web o yendo a la oficina que tienen en la estación de autobuses, muy cerca del centro histórico.
El viaje duró unas cuatro horas; se hizo entretenido viendo el paisaje, también ayudó la comodidad del autobús, que disponía de wifi, películas, café y té.
Primeras impresiones de Tallin
La capital de Letonia había puesto el listón muy alto, pero el primer paseo que dimos, ya de noche, por Tallin, nos causó un estupenda impresión. Al igual que Riga, su casco antiguo no es grande y se recorre sin agobios. Por la noche apenas había gente por la calle.
Durante esas horas, y paseando por el pasaje de Catarina, pensamos que Tallín podía ser el decorado natural de una película sobre la Edad Media, no habría que modificar mucho, salvo algún letrero de una pizzería. También nos pareció que en octubre estábamos ya en Navidad.
Al día siguiente volvimos al centro, que estaba bastante cerca de nuestro hotel, Hestia Hotel Europa.
Recorrido por Tallin
Rottermann
Es la parte moderna que contrasta totalmente con el casco histórico, cercano a Rotterman. Ya nos llamó la atención cuando llegamos de la estación de autobuses al hotel por sus altos y modernos edificios.
En esta parte de Tallin hay muchas tiendas y restaurantes, es una zona concurrida. Desde nuestro hotel, al lado de la terminal de pasajeros del puerto, teníamos que pasar por Roterman para llegar al centro.
Puerta Viru
A pocos metros de Rottermann está la Puerta Viru, una de las dos que quedan del Tallin medieval; durante los siglos XIII y XVI se fue construyendo la muralla, en el XVI llegó a tener 2,4 km de extensión, con 46 torres y 6 puertas de acceso. Hoy en día la muralla tiene dos kilómetros de extensión, quedan 25 torres y dos puertas.

En la Puerta Viru se ven puestos de flores, se accede una de las calles más animadas, que llega hasta el Ayuntamiento.
Iglesia Ortodoxa de San Nicolás
Seguimos por la calle Vene, donde se encuentra la Iglesia medieval Ortodoxa de San Nicolás. Se puede acceder a ella de forma gratuita, es pequeña, pero con motivos religiosos bien cuidados.
Un poco más adelante está la Catedral Católica de San Pedro y San Pablo. Aunque el catolicismo fue la fe principal en la Edad Media en Estonia, el luteranismo es la más extendida hoy en día.

Pasaje de Santa Catarina
Siguiendo la calle Vene, y desviándose un poco en la izquierda, nos encontramos con el Pasaje de Santa Catarina, con pequeños talleres de artesanos variados; vidrio, cerámica y otros, en locales de los siglos XV al XVII.
Este pasaje une la calle Vene con la calle Müürivahe que da a la muralla medieval. Destacan las losas que hay a los lados. Es un pasaje que hay que recorrer de noche y de día para apreciar distintas sensaciones.

Patio de los Maestros
El Patio de los Maestros está en un nuevo desvío de la calle Vene, a pocos metros del Pasaje de Santa Catalina. Es un espacio pequeño, pero con mucho encanto por su tranquilidad.
También aquí hay talleres y tiendas variadas, como de madera y vidrio; pero lo que más nos llamó la atención es el Café-Chocolaterie Pierre que data de 1937. Su decoración es puramente teatral, así como la ambientación general, la música que ponen le va muy bien al local.
No lo pudimos resistir y paramos al final de la jornada a disfrutar y descansar un poco del recorrido por Tallin.

Plaza del Ayuntamiento
Ya el edificio de estilo gótico es inusual. Por su torre nos hace pensar que es una iglesia; pero no, es el Ayuntamiento de Tallin. Al ser octubre no pudimos acceder a la torre, solo es posible subir en verano.
Su torre tiene 61 metros y en lo alto está “Vana Toomas”, el soldado Tomás, símbolo de Tallin. Cuenta la leyenda que allá en el siglo XVI, Tomás, un muchacho de clase pobre, fue el único que consiguió dar a un pájaro situado en lo alto de un poste con su flecha. Tal privilegio estaba reservado solo para los nobles. Por ello le premiaron y sirvió en el ejército. Más adelante, viendo el parecido con el soldado en la veleta del ayuntamiento, le empezaron a llamar “Viejo Tomás”.

En la misma plaza hay unos cuantos restaurantes y terrazas. Saliendo por la calle Kullassepa está la Oficina de Turismo. Bajando un poco está el restaurante Olde Hansa, de ambientación medieval.
Kiek in de Kök
Es un torreón de 38 metros del siglo XV, en él que hay un museo donde ver antiguas armas y cómo era la vida medieval. También se puede pasear un tramo de las murallas. Hay una cafetería en su interior. Las vistas de Tallín desde Kiek in de Kök son estupendas.
Se puede comprar la entrada solo para visitar el torreón o para visitar también los túneles bajo la cercana colina de Toompea.
Es muy fácil encontrar el museo Kiek in de Kök, su torreón se alcanza después de una pequeña subida desde la Plaza de la Libertad, nada más salir del casco antiguo; la Cruz de la Libertad, monumento a la Independencia de Estonia, es bien visible, de vidrio y por las noches se puede ver iluminado.
Cerca del museo Kiek in de Kök hay otro mirador fuera de las murallas, el Jardín del Rey Danés; su nombre se debe a que pudiera ser el lugar donde acampó Valdemar II de Dinamarca con sus tropas en 1929 antes de tomar Toompea.

Catedral Ortodoxa Alexander Nevsky
Esta catedral ya la vimos el primer día que llegamos durante la noche, también se tiene una muy buena visión de ella desde el torreón Kiek in de Kök. La Catedral Ortodoxa Alexander Nevsky se construyó en el año 1900, cuando Estonia formó parte del Imperio Ruso.
Miradores Patkulli y Kohtu paseando por Tallin
Nos gustó mucho pasear por Tallin, una ciudad que se aviene a ello. De la catedral Ortodoxa Alexander Nevsky llegamos enseguida al Parlamento de Estonia. Seguido está la Catedral Luterana Santa María la Virgen o «Toomkirik«, en origen fue una iglesia católica en el siglo XIII.
Muy cerca se encuentran los miradores Patkulli y Kohtu, desde donde se tienen nuevamente unas vistas de la ciudad con el mar Báltico al fondo. Por las calles de estos miradores había varias tiendas de ámbar.
Ya en la parte baja nos encontramos con el Teatro de Marionetas Nuku en la calle Lai. Como aficionados al teatro entramos al moderno hall, nos hubiera gustado ver algún espectáculo, pero no pudo ser.
Seguimos caminando por algunas calles, concretamente de la calle Gümnaasiumi hacia la calle Laboratooriumi para seguir por otros torreones de las murallas del Tallin medieval.

Calle Pikk
En la calle Pikk, pudimos ver varios edificios de mucho interés, aunque también estuvo muy bien salirse de ella por la calle paralela y volver a tomarla un poco más adelante. La calle Pikk, o “Pierna larga”, es la más larga de toda la parte baja de Tallin, antiguamente era la calle de los comerciantes.
Gran Puerta Costera
Siguiendo una parte de la muralla y sus torreones por la parte exterior dimos con la Gran Puerta Costera. La Torre Gorda de Margarita se añadió en el siglo XVI. Esta, junto con la Puerta Viru, son las dos puertas de acceso que quedan de la época medieval.
Las Tres Hermanas
Si en Riga están los edificios de los “Tres Hermanos”, en Tallin están las “Tres Hermanas”, concretamente en el número 71 de la calle Pikk. Son tres casas adosadas construidas en los siglos XIV y XV por comerciantes. Hoy en día son un hotel.

Edificio del KGB
En el número 59 de la calle Pikk está el antiguo edificio del KGB, ahora apartamentos. Viéndole nos preguntábamos la cantidad de historias que contarían sus paredes.
Hermandad de los Cabezas Negras
También como en Riga, en Tallin hay un edificio, calle Pikk 26, de esta Hermandad de comerciantes alemanes solteros cuyo patrón era San Mauricio por su piel y pelo moreno. El edifico es mucho más sencillo que el de Riga, Letonia.
Gremio Oleviste
Está al lado de la Hermandad de las Cabezas Negras, en el número 24 de la calle Pikk. El Gremio Oleviste agrupaba a los comerciantes de clase más baja.
Gremio de San Canuto
Este gremio, calle Pikk 20, era la sede de artesanos como curtidores y carpinteros; en este gremio se establecían los precios que cobraban.
Así acabamos el día, tomando algo en el Callejón de los Maestros.
Casa del Gremio Mayor
Está en el número 17 de la calle Pikk. Esta casa se construyó en el siglo XV y agrupaba a los comerciantes ricos locales. Desde 1864 es el Museo de Historia Nacional. Al salir está el Pasaje Borsi; es muy curioso, a modo de línea del tiempo, la historia de Estonia en el suelo, incluso las últimas baldosas van más allá del año actual.
Dónde cenamos en Tallin
En Tallin hay muchos sitios para comer y cenar. En la Plaza del Ayuntamiento hay muchos locales con terraza. A la vuelta del ayuntamiento está el famoso Olde Hansa, decorado con una ambientación medieval muy bien lograda, ya en la calle hay personas vestidas de época que invitan a entrar. Sus precios no son medievales.
Elegimos para cenar el Clayhills Gastro Bar, en la misma calle Pikk al lado del Museo de Historia Nacional. Estuvo bien.
Alojamiento
Hestia Hotel Europa: no está en el centro, sino muy cerca del puerto comercial de donde íbamos a salir en barco para ir a Helsinki y de allí, en el mismo día, a San Petersburgo. Desde él al centro se tarda unos diez minutos. El hotel es moderno y amplio, con buenas habitaciones, personal amable y buen desayuno buffet; al lado hay un centro comercial con una perfumería enorme. Totalmente recomendable.