Izola
El primer lugar que vimos fue Izola. Durante la Edad Media pertenecía a la República de Venecia. Posteriormente la pesca fue su mejor actividad económica. Hoy, sin embargo, ha sido suplantada por el turismo.

Las callejuelas frente al puerto conservan el sabor pesquero, estrechas y coloridas. Está bien recorrerlas, no solo por la sombra que ofrecen en los días calurosos de verano.

Aunque no haya playa de arena, no hay ningún problema para bañarse en la parte central de Izola. Se puede tender la toalla en el pavimento de cemento o en la hierba del parque cercano. Se accede al agua por unas escaleras.
Piran
Si Izola nos había gustado, Piran, más. No se puede entrar con el coche al centro, así que, una vez hubimos conseguido sitio en un aparcamiento de varios pisos que hay en las inmediaciones, nos dimos un ansiado baño. Por cierto, hay un autobús que lleva al centro de forma gratuita pero para visitantes sin equipaje no merece mucho la pena estar esperándolo. Es mejor caminar tranquilamente disfrutando de las vistas.

Al igual que en Izola, en Piran pones la toalla donde te parece conveniente y a darse un baño, bajando por las escaleras que hay en varios puntos del paseo. Es la forma que han ideado para ganar accesos al mar y darse un chapuzón, una delicia.

Pirán también tiene un entramado de calles estrechas en su casco antiguo. En su parte central está la plaza Tartini, músico italiano nacido en Piran en el siglo XVII y virtuoso del violín. Dicha plaza, guardando las distancias, tiene un parecido con las de Venecia.

Castillo de Predjama
El castillo de Predjama puede que sea una de las fotos más conocidas de Eslovenia. Estáa medio camino entre la capital, Liubliana, y la costa; viene bien incluir una visita en la ruta si se va con tiempo suficiente para ello.
Nosotros ya lo habíamos visitado hace 11 años, cuando hicimos un intercambio de casas en la localidad de Arzene, Italia.

El castillo medieval de Predjama está construido bajo la pared rocosa de este conjunto kárstico. Por su emplazamiento era prácticamente inexpugnable. Según la leyenda, Erasmo de Predjama se hizo fuerte en el castillo y utilizaba unos túneles para abastecerse.
Cuevas Postojna
Muy cerca están las cuevas de Postojna. Son de las más largas de Europa. Es tal su longitud que primero hay que acceder mediante un tren a lo largo de 3,7 km, que lleva funcionando desde 1872.
Son de formación calcárea y ofrece un paisaje subterráneo digno de contemplar, como la estalagmita Brillante de cinco metros de altura.

Dentro de la cueva se pueden ver los proteus anguinus, unos animalitos que, según la leyenda, son las crías del dragón; lo admirable es que pueden estar sin comer hasta 10 años.
Para saber más del castillo de Predjama y de las cuevas de Postojna visita el enlace.
Esta escapada a la costa de Eslovenia nos confirmó que es un país completo al que habrá que volver en otro momento para seguir descubriéndolo.