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La Bretaña Francesa I: siguiendo la línea verde en Nantes

Lo queráis o no, en Nantes, Bretaña Francesa, os vais a encontrar vayáis donde vayáis con una línea verde bajo vuestros pies. Así que es mejor seguirla para no perderte nada de lo que esta hermosa ciudad ofrece.

Llegamos a Nantes en coche desde Burgos. Antes paramos en Burdeos y en La Rochelle.

BURDEOS

La visita fue prácticamente nocturna, pero si siempre es agradable pasear por una ciudad francesa al atardecer, más por una que es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2007, para acabar cenando al lado de la Porte Dijeaux acompañados de un vino de esta zona.

Burdeos

Mientras la noche iba ocultando al día, recorrimos las calles del centro hasta llegar a la Plaza de la Bourse, famosa por los surtidores de agua que te pueden sorprender en cualquier momento. De ahí un paseo al lado del río Garonne hasta la Place de Quinconces, la más grande de Francia; la Ópera y vuelta a las calles del casco antiguo observando alguna iglesia entre ellas.

LA ROCHELLE

Al día siguiente seguimos ruta hasta La Rochelle, “la Rebelde”, donde encontramos una ciudad repleta de turistas, pero no importa porque todos tenemos derecho a disfrutar de esta ciudad con origen pesquero, siglo XIV, y comercial después, gracias a su puerto, desde donde ya realizaban transportes de mercancías y especias, allá por los siglos XVII y XVIII, con el Nuevo Mundo.

El puerto está flanqueado por dos torres: la Tour Saint-Nicolas y Tour de la Chaîne, al lado de ella está el faro, Tour de la Lanterne.

La Rochelle

NANTES

En Nantes íbamos a estar un par de semanas mediante una casa de intercambio, por lo cual nos lo tomamos con calma.

Un buen lugar para conocer Nantes, siguiendo la línea verde, es empezar en el Château des Ducs de Bretagne, justo en frente de la Oficina de Turismo. En el Castillo está el Museo de Historia de Nantes.

El actual castillo fue obra del último duque de la Bretaña independiente, de Francisco II, el cual quería que fuera residencia de la corte además de fortaleza militar. Su hija Ana de Bretaña prosiguió con la obra en los siglos XV y XVI. Se puede recorrer subiendo a sus murallas, desde donde se pueden apreciar varias vistas de Nantes.

Más en: http://www.chateaunantes.fr/es

Cerca está El Lieu unique, un centro de creación artística en la antigua fábrica de galletas LU.

DEL JARDIN DES PLANTES A LA CATEDRAL

Del castillo se llega enseguida al Jardin des Plantes. Este jardín público es un auténtico remanso de paz en el centro de la ciudad. No es muy grande, se recorren bien sus distintos rincones: lagos pequeños, paseos, árboles, plantaciones, cascadas, esculturas, algunos animales, etc.

Jardin des Plantes

En total hay 10.000 especies vivas. También hay algunas esculturas tomando como base la misma naturaleza u otras más modernas, como el banco gigante. Es un jardín para disfrutar en más de una ocasión.

Saliendo del Jardin des Plantes, y siguiendo la línea verde, se llega enseguida a la Église Saint Clement, girando a la izquierda hay una calle muy curiosa por los muñecos autómatas que anuncian el tipo de tienda que es; así ves peluqueros, sastres, talleres y establecimientos diversos; resulta muy entretenido verlos.

Muñeco autómata

De ahí se llega a la Catedral gótica de St. Pierre y St Paul, que empezó a construirse en el siglo XV y tardó más de cuatro siglos en acabarse. Su interior es amplio y predomina la luz. De ella se puede llegar de nuevo al castillo de los Duques de Bretaña.

Desde este castillo la línea verde sigue por las calles del centro donde se puede descansar tomando un Muscadet, el vino blanco de la Región del Loira, en los muchos restaurantes que hay en sus calles y plazas.

DE LA TORRE DE BRETAGNE AL LOIRA

Se puede seguir hasta la Torre de Bretagne a la cual se puede subir hasta el último piso donde, además de tener unas estupendas vistas de todo Nantes, hay un curioso restaurante, Le Nid, lugar de residencia de un “pájaro” que veréis.

Vistas desde la Tour de Bretagne

De ahí se llega al Passage Pommeraye a través de la Plaza Royale. Este bonito pasaje, inaugurado en 1843, es un centro comercial con curiosas tiendas, todas ellas muy cuidadas, en los tres pisos a los que se accede por una escalera decorada al estilo del siglo XIX.

Passage Pommeraye

Al lado está la Plaza Graslin, con la Ópera del mismo nombre. Siguiendo la línea verde se llega a la misma plaza pasando antes por el Muséum D´Histoire Naturelle y el Cours Cambronne, un pequeño jardín muy agradable que acaba en frente del restaurante, La Cigale, donde merece la pena entrar para ver los detalles de su decoración Art Nouveau. La Cigale abrió en 1895 y era lugar de encuentro de artistas.

Plaza Graslin

Dejando la Plaza Graslin la línea verde nos lleva al Memorial de L´Abolition de L´Esclavage, está situado bajo el muelle del Loira. Desde Nantes salieron numerosos barcos cargados de personas africanas para ser convertidos en esclavos en América. Dentro del Memorial se pueden ver mapas que indican el tráfico de esclavos; fuera, en el suelo, los nombres de los numerosos barcos que les trasportaron.

MUSEO DE JULES VERNE

Antes de cruzar el Pont Anne de Bretagne, que nos llevará a la Isla de las Máquinas está bien desviarse para acercarse al Museo de Jules Verne, nacido en esta ciudad el 8 de febrero de 1828. El Museo Jules Verne está en 3, Rue de l´Hermitage, al cual se puede ir andando o cogiendo el tranvía número 1.

Jules Verne de niño a la entrada del museo

En el Museo se encuentran libros y documentos originales, ilustraciones, carteles, juegos y objetos. Antes de entrar se puede ver la estatua del joven Jules mirando al puerto que él también observaría; en otra estatua está el capitán Nemo orientándose con el sextante.

Ver nuestra entrada sobre Jules Verne: https://alesteporeloeste.com/jules-verne-nantes-burgos/

LA ISLA DE LAS MÁQUINAS

Volviendo Pont Anne de Bretagne se llega a la Isla de las Máquinas, lugar de esparcimiento con atracciones y paseos; pero nada es normal, todo está desbordado de imaginación, imitando a la de Jules Verne.

El Carrusel de los Mundos Marinos, con sus curiosos animales; La Galería de las Máquinas, con otros animales articulados y el Gran Elefante, de 12 metros de alto y 21 metros de largo que va recorriendo este espacio mágico echando agua a los que no han tenido la suerte de ir montados en él.

El Gran Elefante

Este curioso elefante se inauguró en junio de 2007; fue creado por La Machine, compañía de teatro de calle, dirigida desde 1999 por Pierre Orefice y François Delarozière, también han creado otros espectáculos de calle por todo el mundo, en la Galería de las Máquinas se puede ver el montaje de los mismos.

Se puede volver al centro de Nantes pasando la Passerelle Schcelcher a la que se accede desde la Isla de las Máquinas por unas calles en las que te puedes encontrar esculturas.

Hacia el centro se puede buscar la casa natal de Jules Verne, número 4, rue Olivier de Clisson. Una placa indica que ese edificio de viviendas fue su lugar de nacimiento. Por aquel entonces estaba en la Isla Feydeau, entre dos brazos del Loira, en su confluencia con el Erdre.

Nos ocurrió algo curioso, un vecino que estaba en el portal y al vernos parados leyendo la placa, nos invitó a pasar al interior. Así lo hicimos; dentro había algunos vecinos más charlando, subimos unos tramos de escalera y, a pesar de los 188 años transcurridos desde su nacimiento, no se observaban muchas reformas, aún se podía respirar una atmósfera antigua en la que te podías imaginar el llanto de un niño al nacer que no sabía que iba a dar tantas horas de emoción a tantos millones de personas.

Otra alternativa para ir al centro es volver por el Pont Anne de Bretagne, dejando atrás las Isla de las Máquinas, y hacer una escapada en barco a Trentemoult, el cual se puede coger a la izquierda del puente.

PASEOS EN BARCO, OTRAS VISTAS

Trentemoult es un lugar recogido de casas de colores donde hay algunos restaurantes para comer. En la ida y venida del barco se aprecia Nantes desde otra perspectiva.

Trentemoult

Hay otros paseos en barco en Nantes. Nosotros cogimos los Bateaux Nantais en el embarcadero que está un poco más allá de la Ile de Versalles, pasando la Tour de Bretagne. En este recorrido se van viendo palacetes a ambos lados del río Erde.

Paseo en barco por el Erde

Es una buena forma muy relajada de terminar unos días en Nantes.