Menorca es esa isla que sabes que te gustaría vivir una buena temporada. Todo en ella es tan cercano que se hace familiar. No hay construcciones masivas de edificios y el mar está al alcance de los pies.
Cómo llegamos a Menorca
Dudamos si ir en avión desde Madrid o en ferry desde Barcelona; nos decantamos por la segunda opción.
El motivo fue que antes visitábamos Tarragona. Estuvimos alojados una noche y a la mañana siguiente dimos un paseo de un par de horas, insuficiente para verla entera, pero nos bastó para hacernos una idea de esta ciudad que encontramos encantadora.
Empezamos por el balcón del Mediterráneo y seguimos hasta la parte Alta con sus plazas, como la de Cátedra, Palop y del Rei, y restos romanos en algunas calles.
Costó alcanzar Barcelona por el atasco a la entrada de la ciudad pero, una vez en el puerto de ferries, fue muy fácil acceder al barco de Balearia.
Ciudadela, el encanto de Menorca
El ferry tardó cuatro horas al puerto de Ciudadela. Desde ahí nos dirigimos en nuestro coche al apartamento que habíamos alquilado a unos 15 minutos de Ciudadela; esta localidad y Mahon son los núcleos urbanos más grandes de Menorca.
Callejear por Ciudadela nos resultó bastante agradable, sobre todo de día, cuando no hay tanta gente como durante la noche.

Del Carrer Principal salen otros más pequeños y estrechos que también tienen su encanto. Por todo el centro se encuentran tiendas y lugares para comer. El puerto está cerca y es un buen lugar para encontrar un restaurante, como el Samarador. Después de comer en él caminamos hasta el Castillo de Sant Nicolau por el paseo marítimo.

Algunas calas de Menorca
Buscar las mejores calas de Menorca es tarea un tanto inútil, las más famosas que están recomendadas en blogs están llenas y aparcar cerca es difícil. Quedamos muy satisfechos con las calas que visitamos, todas tenían su encanto y no vimos gran diferencia con otras que habíamos visto en fotos.
Al final llegamos a la conclusión que la mejor cala es en la que se puede aparcar sin problema. Visitamos:
- Cala de Brut. Está prácticamente al lado de los apartamentos que nos quedamos, Talayot. Hay unas plataformas de cemento desde donde se puede saltar. Desde ella se tiene un buen atardecer.

- Cala de Blanes. Se llega andado desde la cala de Brut. Es de arena y, frente a ella, hay una buena vista de palmeras.
- Cala Motjiana, saltos, cueva.
- Cala Santa Gaudana. Es una cala más familiar.
- Cala Macarella. Había mucha gente, es de arena pero hay bastantes algas. Por ella pasa el Camí de Cabals.
- Cala Algaiarenes. Cala de playa amplia con buena vista cuando se ve desde arriba. Hubiera apetecido bañarse, pero hacía bastante aire.

- Cala Binidali. Cala pequeña, vimos alguna medusa.

- Playa de Fornells, amplia y de arena. Hay que adentrarse un buen trecho hasta que se pueda nadar.
Camí de Cabals en Menorca
Desde el siglo XIV hasta las dominaciones inglesa y francesa del siglo XVIII, Menorca estableció un camino rodeando la isla a modo de puestos de vigilancia.
El recorrido actual es de 185 km y está dividido en 20 etapas. Nosotros hicimos una pequeña parte de la decimotercera, desde la cala Macarella y, al cabo de un par de horas, nos volvimos por el mismo recorrido, entre la sombra de los árboles y con vistas al mar.

Fornells
Hicimos una parada en el pueblo marinero de Fornells. A lo largo de su calle principal se ven las casas encaladas en contraste con los colores de puertas y ventanas.
En su calle principal se encuentran casi todas las tiendas y restaurantes. También les hay en la zona de su puerto, en una de los extremos del pueblo, por el que conviene dar un paseo.

Es Mercadal
Nos recomendaron hacer una parada en Es Mercadal para comprar las ensaimadas en casa Pons. Nos sorprendió que había muchos establecimientos de venta de ensaimadas en una corta distancia. Tanto que nos equivocamos y compramos otras. No nos importó, estaban deliciosas. Como Es Mercadal es un pueblo que está en el medio de la isla volvimos otro día para, esta vez sí, comprar las ensaimadas en casa Pons de distintos sabores.
Binibeca Vell
Teníamos curiosidad por conocer este poblado que se construyó en 1972 imitando a las casas de los pescadores. Habíamos visto fotos de sus casas blancas que hacía prometer una buena experiencia. Una vez allí, recorrimos los callejones, algunos muy estrechos, otros daban a pequeñas plazas.

Esperábamos que Binibeca Vell fuera más grande, incluso dimos otra vuelta por él para aprovechar la visita. Los rincones que se encuentran son bonitos, pero se nos quedó un poco corto.
Mahón, un gran puerto natural en el Mediterráneo
Mahón está a solo 40 km de Ciudadela, Nuestra visita fue rápida porque formó parte de una ruta por algunas de las otras localidades anteriores. Aún así nos gustó mucho desde el primer momento.
Aparcamos cerca del centro en un parking gratuito del puerto; por un ascensor bajamos a él.
El el puerto es largo, hay tiendas y restaurantes. Subiendo está el Mercat Es Claustre, un edificio del siglo XVIII, donde había puestos de artesanía. Anduvimos por el casco histórico entrando en una galería de arte, hasta el mercadillo de la Plaça de s´Esplanada. Comimos por el centro y volvimos al parking por sus calles.
Alojamiento
En muchas ocasiones solemos intercambiar la casa para alojarnos, como este intercambio en Mallorca, pero esta vez nos alojamos en los Apartamentos Talayot, Ciudadella. Cogimos un apartamento para cuatro personas. Nos gustó, amplio, limpio y enfrente de una de las piscinas. También hay un restaurante con música en vivo, un supermercado enfrente y una parada de bus nada más salir. Totalmente recomendable
Bastante de acuerdo con el fondo del artículo pero hay muchísimas faltas de ortografía, nombres mal escritos… Como consejo, intenta corregirlos para no confundir a nadie