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A Chichén Itzá desde Valladolid

Cichen Itzá zona arqueológica

Seguramente Chichén Itzá será la zona arqueológica más visitada de toda la Rivera Maya y de todo Méjico. La cantidad de turismo que hay no le quita interés, lo que sí le quita encanto son los muchos puestos de artesanía que hay dentro de las ruinas.

Cómo llegamos a Chichén Itzá desde Valladolid

Visitar Chichén Itzá desde Valladolid es bastante fácil debido a su cercanía. Nosotros fuimos en uno de los colectivos que salen cerca de la terminal de autobuses ADO, saliendo a la izquierda. Nos costó 35 MXN por persona. En su viaje de vuelta también hacen parada en la entrada del cenote Ik Kil.

Chichén Itzá es un lugar que hay que  conocer si se quiere entender la cultura maya, pero la afluencia de turistas es de tal dimensión que la visita no se disfruta tanto como Tulum y Ek Balam.

La forma de entender el mundo de los mayas está aquí presente. La serpiente, el águila, el jaguar, la pirámide, el observatorio, el juego de pelota, el cenote,  los guerreros y los sacerdotes. Todo un mundo desconocido y que no llegamos a entender con ojos del siglo XXI.

Las serpientes marcan la  entrada al inframundo. La serpiente emplumada es la luz del sol que va descendiendo por las escaleras de la pirámide hasta que el sol se mete. Después, el sol pasa por el inframundo y llega la noche, que es del jaguar. A la vez, la pirámide es un reloj y calendario.

Lugares más interesantes en Chichén Itzá

La zona arqueológica de Chichén Itzá está bien restaurada y no es difícil hacerse una idea de cómo era la sociedad maya de entonces. De entre todos los edificios destacamos:

La pirámide-templo,

Con sus aristas redondeadas y los ocho niveles.

Cichen Itzá zona arqueológica
Cichén Itzá, pirámide-templo

El juego de pelota,

El más grande que hemos visto, con paredes totalmente verticales.

Juego de pelota maya
Cichén Itzá, juego de pelota

Los dos cenotes,

El de los sacrificios y el sagrado.

La plaza de las mil columnas,

La antigua entrada con muchísimas columnas esculpidas con guerreros.

Cichen Itzá, zona arqueológica
Cichén Itzá, plaza de las mil columnas

El observatorio,

De forma redondoa para estudiar algunos astros, Venus entre ellos.

Observatoro maya
Cichén Itzá, Observatorio

El patio de las Monjas,

De estilo Puuc, bello con los dibujos geométricos característicos.

Cichen Itzá Rivera Maya
Patio de las Monjas, Cichén Itzá

Reflexión sobre los puestos de artesanía

Todo el mundo tiene derecho a ver la zona arqueológica y no nos quejamos de que unas ruinas mayas estén llenas de turismo. Lo que consideramos excesivo es la cantidad de puestos de artesanía local y de vendedores que había en prácticamente todos los edificios de Chichén Itzá y en los accesos a ellos.

La mayoría llamando la atención del visitante hacia sus puestos, hacía a veces difícil concentrarse y prestar atención a lo que se había venido a ver: arquitectura y escultura maya.

Hablamos de este hecho con algunas personas en Valladolid, entre ellas el guía turístico, nos dijeron que los vendedores antes no tenían permitido el acceso y que sus puestos estaban fuera del recinto arqueológico. Como no vendían lo esperado y al considerarse dueños de las tierras, decidieron poner sus puestos dentro. No vimos a casi nadie comprando y nos pareció que debieran considerar otras formas mejores de venta, ya que así no benefician a las ruinas de Chichén Itzá.

Después de ver varias zonas arqueológicas por varios estados de Méjico consideramos que hay lugares que, aun no teniendo la riqueza de Chichén Itzá, recordamos con mucho más cariño.

Cenote Ik Kil

Sabíamos que era muy turístico, pero aprovechando que el colectivo hacia Valladolid pasaba por allí, nos paramos. Nos costó 15 MXN desde Chichén Itzá. La entrada al cenote vale 80 MXN. Hay cambiadores y restaurantes.

Comprobamos que estaba llenísimo. Sin embargo, desde arriba hay una buena vista de este cenote. Sacar una foto sin gente es algo muy difícil, los bañistas parecían las tortugas que vimos en el Gran Cenote cerca de Tulum.

Cenote
Cenote Ik Kil

Después de un baño muy rápido nos fuimos con la intención de tomar el colectivo hacia Valladolid para bajarnos en los cenotes Xkeken y Salulá. Nuestro gozo en un pozo tan hondo como las aguas de un cenote: el dios de la lluvia, Chacmol, descargó una tormenta tremenda, se puso a llover a mares.

Nos refugiamos en la taquilla de la entrada, frente a la carretera por si veíamos pasar al colectivo. El agua iba subiendo cada vez más; cuando llegó el colectivo ya casi estábamos calados por completo, el conductor tuvo el gran detalle de entrar y recogernos donde estábamos. Así llegamos a Valladolid y al hotel.