Qué ver en Parque Nacional Triglav en los Alpes Julianos
Hay muchas rutas para hacer senderismo, buenas vistas y dos lagos para deleitarse: lago Bled y lago Bohinj. Cerca de cada uno hay cascadas, una en el desfiladero de Vintgar y la otra, Savica a unos cuatro kilómetros de Bohinj. Hay una caminata de 20 minutos cuesta arriba por un hayedo antes de llegar a ella.

El recorrido por la orilla del río Soča es otro de sus atractivos. Este río está considerado como uno de los más bonitos de Europa.
Recorriendo este parque se está en contacto todo el tiempo con una bella naturaleza; también hay lugares llenos de historia, como el paso de Vršič.
Las estaciones de esquí se pueden visitar también en verano y usar sus teleféricos para acceder a puntos de más altura y poder contemplar el paisaje.
Para saber más consultad el enlace de I feel Slovenia.
Alojamiento
Hay muchas posibilidades de alojamiento en el Parque Nacional de Triglav, desde hoteles a campings, incluso en los lagos Bled y Bohinj.
Nosotros nos alojamos en Šenčur mediante un intercambio de casa. Son muchas las ventajas de esta forma de alojamiento, entre otras: conocimiento más directo de la zona, disponer de más espacio que en un hotel, hacer una vida más local y entablar amistad con los anfitriones de la casa.
Lago Bled
El poeta eslovaco France Preseren (1800-1849) definió el lago Bled así: “La provincia de Carniola tiene nada menos que el segundo Edén, lleno de encanto y gracia”.
El balneario atrajo a la nobleza europea a este lugar con la llegada del ferrocarril. El doctor suizo Arnold Rikli utilizaba la hidroterapia como método de sanación.
El agua en combinación con el sol y el aire curaba las enfermedades de la alta sociedad de principio del siglo XX. Después de la II Guerra Mundial una de las residencias oficiales del estado estaba en Bled, por lo que la gente más eminente pasó por aquí.

El lago se puede recorrer alrededor; conviene pararse para apreciar su belleza desde distintos ángulos. Sugerimos el hotel Vila Bled, un lugar ideal para saborear la tarta kremšnita, de hojaldre, crema y nata, con la vista desde la terraza Belvedere. Mientras se saborea se ve la islita del centro del lago con el castillo detrás y las montañas Karavanke.
Otra de las actividades elegidas por los turistas que van al lago Bled es montarse en una de las barcas, llamadas “pletna” para ir a la isla. Otra idea es subir al castillo medieval donde también hay una buena visión del lago. No hicimos ni lo uno ni lo otro; sin embargo, escalamos al primero de los miradores de Itsrica, donde la vista ya nos conquistó y recompensó el esfuerzo de veinte minutos cuesta arriba. Se accede a él desde el camping.
Vintgar
Nuestra casa de intercambio estaba a medio camino entre la capital, Liubliana, y el lago Bled. Nuestro primer día nos dirigimos hacia Vintgar, el desfiladero del río Radovna que fue descubierto en 1891.
En esta época de verano encontrar aparcamiento puede ser un poco complicado, pero aquí hay varias opciones y unos empleados te van guiando para que dejes el coche, todos cerca de la entrada; eso sí, previo pago de cinco euros.
Ya en la entrada hay que pagar un tique de 10 €; estudiantes y niños tienen entrada reducida. Al principio te preguntas a qué se debe dicho pago; pero cuando recorres este desfiladero compruebas que ha merecido mucho la pena.
Junto al tique te dan un tríptico; en el mismo te informan cómo fue descubierto por Jakob Zumer, alcalde de Gorje, y por Benedikt Lergetporer, cartógrafo y fotógrafo de Bled. En 1983 fue abierto al público, se había construido un camino seguro.

Desde entonces han sido muchas las personas que han recorrido este desfiladero de 1600 metros, seguramente miles de miles de personas que han disfrutado de la claridad de las aguas del río, su sonido, las vistas en varios tramos. Al final está la cascada, pero el recorrido es mejor.
Se tarda unos 40 minutos ir y otro tanto en volver, depende de la gente que haya y lo que se detenga. Hay puesto de comida al principio y al final. Si sales del recorrido para ver la cascada hay que volver a poner el tique para hacer el camino de regreso, justo al lado del bar. También hay en este punto lanzaderas hacia Bled, 7 €, dado que, por su cercanía, hay gente que viene andando desde el lago.
Lago Bohinj
El lago Bohinj es un lago en medio de la naturaleza, con mucha menos gente que el lago Bled, de hecho, no hay construcciones hoteleras; el entorno nos pareció muy cuidado, y todas las instalaciones que hay a su lado lo respetan. Es un lago que se puede recorrer alrededor admirando su agua clara.

Ribcev Laz está en un extremo del lago, aquí hay algunas cafeterías y una zona de baño al lado de la estatua del ciervo. También hay otras zonas para bañarse en el lago; en verano el agua tenía una temperatura perfecta.
Vogel
Ukang está en el otro extremo del lago, pero en la misma orilla siguiendo la carretera de Ribcev Laz. Aquí se puede coger el teleférico que lleva a la estación de esquí de Vogel, previo pago de 25 € ida y vuelta.
Parece caro pero las vistas lo merecen, además, una vez arriba, se puede coger el telesilla de forma gratuita para ir hasta otro punto con una panorámica espléndida de las cumbres de los Alpes Julianos. El trayecto es muy agradable y te sientes como un pájaro.

Arriba hay una cafetería con terraza. Se puede subir andando un poquito más hasta la cruz de los deseos, donde hay que tocar la campana al pensarlos, si quieres que estos se cumplan.
Cascada Savica
Nada más bajar de Vogel se va por la carretera de la izquierda y en 4 kilómetros se llega hasta el inicio del camino que conduce a la cascada Savica.
Hay que pagar por el aparcamiento, 5 €, y por la entrada 3 €, 1’5 € estudiantes. Desde la taquilla se inicia una caminata ascendente de unos 20 minutos por un paraje de hayedos con vistas al lago Bohinj.
Una vez arriba se puede ver una parte del lago hacia un lado y la cascada Savica hacia el otro. La belleza de la cascada es su doble vertiente en la caída.

Kranjska Gora
Kranjska Gora es la principal estación de esquí de Eslovenia. Además de ser un lugar visitado por los amantes de esquí, aquí se celebran competiciones de eslalon, como la Copa del Mundo.
En verano es un lugar de donde parten rutas de senderismo por el Parque Nacional de Triglav. Hay restaurantes y hoteles si se quieren utilizar como base.
Vršič
Desde Kranskska Gora se empieza la ascensión por el paso de Vršič, es el puerto más alto de Eslovenia, a 1611 metros de altitud. Llegando aquí se empieza el descenso hasta Trenta, un buen lugar para hacer una parada y reponer fuerzas.
Tanto la subida como la bajada tienen muchas curvas, pero hay puntos donde se puede aparcar y contemplar las espectaculares vistas.

El paso de Vršič era un camino de pastores, pero en la Primera Guerra Mundial se convirtió en un camino para abastecer de munición y comida a las tropas Austrohúngaras que estaban luchando en el frente de Soča. Los prisioneros rusos fueron los que trabajaron en la construcción de este paso, muchos perecieron por las malas condiciones.
Río Soča
Nuestros anfitriones del intercambio de casas nos dijeron que es el río más bonito de Europa. Tras haberlo visto, puede que tengan razón. El río Soča nace en los Alpes Julianos de forma suave, sus aguas son cristalinas y con un rumor que parece hablarnos.
Un camino recorre su ribera hasta Bovec. La carretera también va a su lado y hay muchos puntos donde aparcar y andar a pie algún tramo atravesando los puentes colgantes. Las vistas hacia las montañas son muy buenas.

Tal vez lo más llamativo sea el cañón, Great Soča Gorge, donde las formas de las rocas y el color azul del agua le dan la singularidad suficiente para definirle como el más bonito de Europa. En este punto hay una zona para poder bañarse en él, si el frío no te asusta.
Más adelante está Bovec y Kovarid, donde hay un museo sobre Primera Guerra Mundial.
Los días que hemos pasado en el Parque Nacional de Triglav han sido todo un relax mental por el verdor de sus paisajes y el rumor de las aguas del río Soča.