Las Cataratas Victoria siempre había sido uno de esos lugares del mundo que había que ver; la causante de estas ganas fue la famosa frase, “Doctor Livingstone, supongo” que el periodista pronunció, o no, al encontrarse con dicho explorador en la aldea de Ujiji en 1871.
Cómo llegamos desde Kasane, Botsuana
Es muy fácil llegar a las cataratas Victoria desde Kasane y volver en el mismo día. Las opciones son, bien a través de un hotel o de una agencia local. Los precios suelen variar bastante, incluso entre las diversas agencias locales que preguntamos. También es posible ir por cuenta propia en coche, pero es más cómodo ir en excursión organizada, por el trámite de la entrada a Zimbabue.
Al final nos decidimos por la agencia Safari Dreams, estaba relativamente cerca de nuestro alojamiento en el camping del Chobe Saphari Lodge.
Para ir y venir en el día había que madrugar, así que nos levantamos muy pronto, a las 07:00 nos vinieron a recoger al Chobe Saphari Lodge. La conductora-guía del Safari Dreams llegó muy puntual. Salimos hacia la frontera con Zimbabue, antes recogimos a tres chicas de Sudáfrica en su guesthouse a las afueras de Kasane.
Frontera de Zimbabue y llegada a las Cataratas Victoria
En la frontera, primero rellenamos un formulario en la parte de Botsuana, después hicimos los trámites en la de Zimbabue. Aquí pagamos 25 €, también se puede pagar en otra moneda, pero no admiten tarjetas de crédito.
Seguimos camino y llegamos al parking de las Cataratas Victoria; había mucha animación en los numerosos puestos de artesanía, incluso un grupo estaba bailando para atraer la atención de los turistas.
Recorrido por las Cataratas Victoria
Teníamos tres horas para ver las cataratas; parecían pocas, pero fueron suficientes. En la entrada hay un plano para orientarse y carteles explicativos para entender mejor dónde estábamos.

Caminamos hacia la izquierda de los carteles hasta llegar a la estatua de Livingstone, descubridor de las cataratas en 1855. Antes, bajamos a uno de los miradores donde se ve la caída del agua del río Zambeze, el cuarto río más largo de África, y parte de la brecha por la que cae el agua en diferentes puntos de esta época.

Retrocedimos para seguir recorriendo los diversos miradores, hay 16 puntos de observación. En algunos, el agua caía con fuerza y nos salpicaba, al ser noviembre. En ellos se apreciaba muy bien la brecha de un kilómetro de longitud.

En el último punto se ve el puente que hace frontera con Zambia. Volvimos despacio por los mismos miradores, nos gustó ver las Cataratas Victoria desde distintos puntos, como también hicimos en las Cataratas del Niágara y en las de Iguazú. Todas ellas tan distintas.
Camino de vuelta a Kasane

Dejamos las cataratas a las 12:00, regresando paramos primero en un baobab bastante alto. Después en el lujoso hotel Victoria Falls, el cual abrió en 1928. Sus diversos salones eran muy elegantes, aún conservan el ambiente de principio del siglo pasado. Las vistas desde su cuidadísimo jardín son estupendas, se ve hasta el puente que separa Zimbabue con Zambia.

Proseguimos camino viendo alguna cebra por el camino al lado de la carretera; volvimos a parar en las fronteras para hacer los trámites preceptivos a los que ya nos estábamos acostumbrando en este viaje por Namibia y Botsuana.
Mientras íbamos hacia el Chobe Saphari Lodge charlamos un rato con la conductora-guía sobre diferentes aspectos de la vida de su país; como, por ejemplo, que las personas no se suelen casar ya que, aunque tengan hijos de diferentes parejas, el estado les ayuda.
Al día siguiente todo el séquito de una boda con numerosos invitados se hacían fotos en el Chobe Saphari Lodge.
Alojamiento
Chobe Safari Lodge: en Kasane, Bostsuana. Hay habitaciones, cabañas y zona de camping. Aunque todo el recinto está muy bien diseñado y atendido, el camping no está a la altura del hotel, las parcelas están poco cuidadas, solo cuentan con un enchufe. Los lavaderos y servicios son compartidos, escasos y precisan más atención. Tiene un estupendo restaurante, piscina y organizan actividades. Todo frente al río Chobe. No estuvimos mal, pero no volveríamos al camping.