La silueta de los pueblos blancos sobre el paisaje verde del Valle de Lecrín y la Alpujarra, en la provincia de Granada, nos pareció la habitual durante los diez días que pasamos allí mediante el intercambio de casa.
Localización
Tomamos como base Albuñuelas, en el valle de Lecrín, y Lanjarón, en la Alpujarra. Los dos municipios están muy bien situados para recorrer la zona.
Además, están cerca, a unos 40 km, tanto de Granada capital como de las playas del sur, lo que les da un valor añadido.

Pueblos del Valle de Lecrín
Los pueblos del Valle de Lecrín son apacibles, la vida corre sin prisas; los sonidos de pájaros se oyen cerca y las voces de los vecinos, lejos.
El hispanista Ian Gibson, especialista en Federico García Lorca, se refirió a este valle como el Valle de la Suerte, aunque el significado del término árabe lecrín es alegría. Tanto le gustó, que vivió en él durante muchos años.
También conservan una red de acequias de origen romano que, más tarde, perfeccionaron los árabes.
Albuñuelas
Este pueblo de casas blancas tiene dos barrios; nos alojamos mediante un intercambio de casa en el barrio alto, donde hay más actividad. Desde este barrio hay buenas vistas al valle.
Las puertas de las casas están cubiertas por una cortina tupida, para que el calor no entre, que contrasta con las paredes blancas de las casas.
El pueblo es pequeño, pero cuenta con los servicios imprescindibles. Además, está bien situado para hacer alguna ruta de senderismo viendo el río de Albuñuelas, que solo daba para mojarse los pies o la del Barranco de Luna.
Ruta GR 7 / E-4 Albuñuelas – Saleres – Restábal
La ruta europea GR 7/E-4, en su recorrido por Andalucía, pasa por Albuñuelas. Este sendero es el más largo de Europa, va desde el Peloponeso, Grecia, hasta Tarifa, Cádiz. Se inició en 1974 y se identifica mediante señales rojas y blancas. Ahora sigue desde Ceuta hasta Marruecos y por el Este hasta Chipre.
Salimos por el barrio alto de Albuñuelas y ya en la parte baja vimos las señales. Nos metimos por algunas calles del barrio bajo hasta salir del pueblo.
El camino es amplio y pavimentado debido a que hay muchas huertas y se utiliza por vehículos que transportan los productos agrícolas. El agua no falta y se oye correr por las acequias; numerosos naranjos y limoneros discurren por todo el sendero. Durante buena parte del recorrido fuimos a la sombra de los árboles viendo en todo momento el bello Valle de Lecrín, con algunos pueblos a lo lejos.

En una hora llegamos a Saleres, a 4 km de Albuñuelas. Antes de entrar el camino va descendiendo hasta una zona con columpios, nada más pasarlos hay que subir por el camino de la derecha.
Después de unos 500 metros hay que desviarse a la izquierda, descendiendo hasta Restábal. Entre estos dos pueblos hay 1,6 km. El camino es agradable por las vistas y los árboles que se encuentran, olivos algunos de ellos.
Tanto Saleres como Restábal son pueblos pequeños de casas blancas. En total tardamos 1 hora y 45 minutos desde el barrio alto de Albuñuelas hasta Restábal, donde comimos en el bar La Despensa del Valle, muy bien y nada caro, con personal servicial y amable. Después de comer volvimos por el mismo sendero.
Melegís
Desde la propia carretera las casas de Melegís nos parecieron más grandes que las de los otros pueblos. Paramos en el Mirador de las Alvirillas que está al lado de la carretera.
Este mirador, con vistas a parte del Pantano de Béznar y a Restábal, es un homenaje a los emigrantes que durante los años 50 y 60 se fueron a países europeos, como Francia, Alemania y Suiza. Se construyó en el 2005. Nos gustaron mucho las diferentes sillas que la escultora Elena de Vicente hizo representando diversas épocas.

Pantano de Béznar
Este pantano, construido en 1935 para abastecer de agua a regadíos y habitantes, así como para aportar agua a la central hidroeléctrica de Ízbor, se ve desde varios puntos en una ruta por el Valle de Lecrín, como si fuera un lago.
Pueblos de La Alpujarra granadina
Los pueblos de la Alpujarra son también blancos y de calles estrechas, en alguno el agua está en sus calles como parte distintiva. El paisaje verde es otro atractivo, así como sus barrancos.
La Alpujarra ha sido tema de algunos escritores británicos que han vivido y viven en ella, como el hispanista Gerald Brenan, autor de Al sur de Granada o el escritor Chris Stewart, autor de Entre limones.
Lanjarón
De nuestra casa de intercambio de Albuñuelas nos fuimos a otra en Lanjarón, a 24 kilómetros, para conocer más la Alpujarra de Granada; de hecho, a Lanjarón se le considera la puerta a la misma.
En un primer paseo por el pueblo ya nos gustaron las calles y las fuentes, acompañadas de poemas, principalmente de Federico García Lorca.

Dimos un paseo hasta el mirador donde está la Cañona. A los habitantes de Lanjarón también se les conoce como “cañoneros” por la defensa que hicieron en la Guerra de La Independencia contra las tropas napoleónicas.
Nos habían recomendado cenar en La Casita de Papel, al otro lado del mirador, pero estaba cerrada por descanso semanal.
Nos decidimos por El Balcón de Lorca, al lado del famoso Balneario de Lanjarón, de aguas medicinales.
Lanjarón nos pareció un buen lugar para pasar unos días. Se puede pasear desde la parte más antigua, en el barrio del Hondillo, de pasado morisco, hasta el mirador pasando por el balneario, por sus calles hay toda clase de comercios y restaurantes; nos llamó la atención que había varias panaderías. El mercado local abre por las mañanas.
Pórtugos
Desde Lanjarón hicimos una salida hacia algunos pueblos de la Alpujarra granadina. Empezando la ruta, nada más salir del pueblo, hay una buena panorámica.
A la salida de Pórtugos vimos Fuente Agria, un manantial de agua ferruginosa que da a la fuente y a la cascada el Chorreón su peculiar color rojizo.

Trevélez
De Pórtugos llegamos por una carretera en buen estado, que subía y subía, a Trevélez, el pueblo más alto de Andalucía, 1476 m, y uno de los más altos de España. Forma parte del Parque Natural de Sierra Nevada. Los letreros de empresas de jamón se van viendo ya antes de aparcar.
Partiendo de la plaza hay un recorrido señalizado ascendente por los tres barrios, el bajo, el medio y el alto, por calles estrechas, fuentes y algún lavadero. Llaman la atención las puertas rústicas de madera de muchas de las casas.

En el barrio medio comimos en La Fragua, frente al Ayuntamiento. Nos gustó, sobre todo los estupendos postres caseros.
Capileira
Retomamos el camino hacia Lanjarón, parando en Capileira, pueblo blanco de tejados planos donde destacan las numerosas chimeneas que le dan un carácter propio.
Capileira es un pueblo con mucho atractivo, con muchas opciones de alojamiento y restaurantes.
Desde Capileira se puede apreciar el Barranco del río Poqueira. Hay una ruta de senderismo hasta Bubión y Pampaneira.

Bubión
Es el pueblo que está entre Capileira y Pampaneira, el más tranquilo de los tres del Barranco de Poqueira.
Pampaneira
En otro día de ruta por la Alpujarra granadina visitamos Pampaneira, uno de los que más nos gustaron, con buenas vistas de Bubión y Capileira. Recorrimos sus calles blancas y empedradas; además de las chimeneas y arquitectura típica, aquí nos llamaron más la atención los canales con agua en medio de la calle, que aportan un grato rumor y frescura.
Hay varios lugares para aparcar pero el más amplio está ya en el pueblo, cerca de las tiendas de artesanía. En una de ellas nos dijeron que este año 2020 había turismo español, pero faltaba el extranjero.
Callejeando, entramos en la tienda “El Barranco”, donde compramos algunas mermeladas caseras.
Comimos en el restaurante Ruta del Mulhacén, todo muy bueno con unas vistas espléndidas al Barranco, Capileira y el pico Veleta.

Centro de retiros budista O Sel Ling
De ahí nos fuimos al Centro de retiros budista O Sel Ling, Lugar de Luz Clara, del que habíamos oído hablar ya que el Dalai Lama reconoció que el fundador del centro, el lama Yeshe, se había reencarnado en un niño de Bubión, Tenzin Ösel Hita.
Sabíamos que la carretera era una pista forestal ascendente de siete kilómetros. Nos animamos y subimos.
Desde Pampaneira a Soportújar hay que tomar un desvío a la derecha, en frente de la ermita del Padre Eterno. En unos dos kilómetros se toma otro desvío a la derecha y en cuatro kilómetros se llega a O Sel Ling, o “Joselín”, como oímos que le llaman los lugareños.
Mereció la pena subir y ver los cuatro enclaves visitables: la rueda de oraciones, la estupa, el Buda de la medicina y la estatua de la Tara Verde.
Todo ello en un ambiente de paz y calma con una buena panorámica.
El horario de visitas suele ser de 17 h a 19 h, así no se interfiere en la vida de las personas alojadas.

Soportújar
Al bajar de O Sel Ling hicimos una breve parada en Soportújar, pueblo que ha desarrollado el turismo en torno al tema de las brujas.
El pueblo tiene la estructura típica de la zona, casas blancas, soportales o tinaos en calles estrechas y empinadas.
El mirador del Embrujo, con las estatuas de dos brujas, es una de las paradas obligatorias.
Desde Soportújar también se puede hacer senderismo hasta el centro budista O Sel Ling.
Granada
Tanto el Valle de Lecrín como la Alpujarra de Granada están cerca de Granada capital. No nos pudimos resistir y allí fuimos para ver de nuevo la Alhambra.
Ya habíamos estado en alguna ocasión anterior, pero pasear por sus jardines es algo que se puede hacer cada día. Las entradas las reservamos en el sito oficial del Patronato de la Alhambra

Así anduvimos de nuevo por el Palacio de Carlos V, el Generalife, los Palacios Nazaríes y la Alcazaba. Desde algunos de ellos se disfruta la ciudad desde arriba. Para ver el conjunto de la Alhambra desde lejos optamos por ir al mirador de San Nicolás.
En este enlace se pueden leer sensaciones distintas de varios bloggers que colaboraron para nuestra sección Xbloggersy1destino.
Playas de Granada
En tres ocasiones fuimos a distintas playas del sur de Granada que son de cantos pequeños.
La Herradura
Está muy cerca de Almuñécar, es un antiguo puerto de pescadores en forma de herradura. Sus aguas estaban muy claras.
Comimos bastante bien en el chiringuito La Sardina.
Salobreña
Otro día nos acercamos a Salobreña, también encontramos muy limpias las aguas de la playa.
Dimos un paseo por el pueblo hasta el castillo; subimos buscando la plaza del antiguo ayuntamiento, de ahí se va al nuevo por el barrio de Albaycín hasta el agradable Paseo de las Flores, un mirador casi circular con vistas al mar Mediterráneo a los pies del castillo.

Almuñécar
La última playa que visitamos fue una de las varias que hay en Almuñécar, pueblo más grande que los anteriores con mucho turismo y varios edificios altos de apartamentos. Tal vez por ello el agua no estaba tan limpia como en las anteriores, aunque no deja de estar bien.
Antes vimos el pueblo: el Parque el Majuelo, la fábrica de salazón que tuvo actividad desde el siglo IV aC al IV dC por fenicios y romanos, el Castillo de San Miguel y las calles del centro.

Alojamiento
Las dos estancias por estas tierras de Granada fueron mediante el intercambio de casa. Las ventajas de alojarnos por este medio son muchas y se pueden leer en este enlace.